Por Edgardo Cabrera

Fieles a la receta electoral, a semanas de que concluya el proceso con la resolución de todos los medios de impugnación que se derivaron por los inconformes con los resultados, los partidos políticos ya se alistan a la expulsión de los “traidores” o adversarios dentro de sus respectivos institutos.

En algunos casos se tratan de simples revanchas, en otros, de arrebatar el poder partidista con un pretexto de peso: sus malos resultados.

Es el caso del PAN, donde fueron humillados en la contienda por los ayuntamientos y diputaciones, apenas lograron ganar 3 presidencias, y la única curul que tendrán es por la vía de la representación proporcional, y, que quede claro, antes no estaban mejor, gobernaban 10 municipios y tenían dos pluris.

Ante ello ya existe una lista de aquellos a los que dicen que les documentaron su deslealtad, en la mira se encuentran la senadora Minerva Hernández Ramos, y hasta el propio dirigente y diputado plurinominal electo, José Gilberto Temoltzin, de quien esperan que “al menos” deje la presidencia.  

Con Minerva el malestar es de los panistas que apoyaron a la ex candidata a la alcaldía, Claudia Pérez ya que en campaña la senadora acudió a respaldar en actos públicos al entonces abanderado de Alianza Ciudadana, Serafín Ortiz.

También, por la capital, aparecen los nombres de las panistas Nancy Cuauhtencos Amieva, suplente del candidato Ortiz; así como Elvira Salado Meza, esposa del ex alcalde Adolfo Escobar y quien ocupó el lugar de Síndico en la planilla que contendía por el ayuntamiento. 

Justo decir, que esos panistas se negaron a respaldar a Claudia al criticar su militancia ya que abandonó el albiazul para irse a Morena, donde logró ser diputada federal suplente de Lorena Cuéllar.

Dicha acción, también recordemos, se derivó de una pugna entre Claudia y Adriana Dávila, con quien existió un rompimiento al acusarla de no dejarla llegar a ser diputada federal utilizando el control que tenía en ese entonces del PAN estatal, que favoreció a Juan Corral. 

PUGNA POR LA DIRIGENCIA

Para el caso de la dirigencia, la corriente de inconformes urgen la emisión de la convocatoria para nombrar a quienes sustituirán a José Gilberto Temoltzin y Miguel Ángel Polvo, a quienes se les suma la causal de que se les venció el periodo de su dirigencia.

Y, aprovechando la coyuntura, muchos comienzan a levantar la mano para llegar al cargo, aunque según sus propios números, de renovarse la dirigencia en estos momentos pareciera que el único que cuenta con los números que le permitan el respaldo de la militancia es el grupo que encabeza el alcalde Julio Hernández quien, si bien no ganó el distrito 1 federal, consiguió refrendar el único bastión panista que le queda al PAN, Apizaco.

Algunos nombres empiezan a sonar, entre ellos el alfil del apizaquense, Charly Quiroz, así como Víctor Loranca, vocero de la senadora Minerva Hernández, aunque también se mencionan a Fernando Pérez y Francisco Cayecatl.

Algunos andan con la bandera del “cambio generacional”, aunque antes de hablar de edades, quizá primero tendrían que asumir que NUNCA una mujer ha dirigido al partido en Tlaxcala, al igual que en el plano nacional, pareciera que el PAN es un partido patriarcal.

A colación de la dirigencia nacional, también suenan los tambores del cambio, y ahí la tlaxcalteca Adriana Dávila persiste en la intención de contender por la dirigencia toda vez que en agosto se le vence el cargo como diputada federal.