CUOTAS, CUOTAS
14 de abril - 2021

Por Edgardo Cabrera

Integrantes de la diversidad sexual conquistaron su inclusión dentro de las candidaturas, pero no se trata de una graciosa concesión del ITE, ni del INE, es producto de una larga batalla legal, una de ellas derivó en una resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que data de diciembre del año pasado y que inicialmente ordenó garantizar espacios a este sector para la contienda por las diputaciones federales.

En cascada vinieron otros juicios de distintos estados donde acusaron la discriminación de los partidos políticos, como en Tlaxcala, que derivó en que el lunes los consejeros del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones reajustaran los lineamientos.

Con ello los partidos políticos deberán incluir candidaturas para la comunidad LGBTTTIQ+ para presidencias municipales y de comunidad; las diputaciones locales quedaron fuera porque ya están realizados los registros y modificarlos significaría violentar los derechos que ya ganaron, argumentaron en el ITE.

Pero el asunto no es sencillo, ni se trata solamente de cubrir una cuota, la misma determinación original del TEPJF en el plano federal no solo considera al sector de la diversidad sexual, sino abarca a personas integrantes de las poblaciones indígenas, afromexicanas y con discapacidad, quienes en este momento quedarían excluidos para el caso de la elección local.

Y es que la resolución de la autoridad no alcanzó a estos tres sectores, de ahí que, para esta elección, de manera obligatoria solamente tendrán consideración los de la comunidad LGBTTTIQ+.

SOLIDARIOS

Pero más que hablar de cuotas que por obligación deben cumplir, en la práctica los partidos desde hace mucho debieron voltear a ver a los grupos históricamente discriminados en los procesos electorales.

Las primeras en dar la lucha fueron las mujeres, tras décadas y elecciones de ser excluídas de candidaturas han consquistado espacios, ciertamente a regañadientes, como en esta elección que se determinó que 7 de las 15 nominaciones de los partidos para la gubernatura fueran obligatoriamente entregadas a ellas.

Para ayuntamientos y diputaciones ya hay precedente, en Tlaxcala la legislatura por primera ocasión fue de mayoría mujeres, con 15, lo mismo ocurrió en los ayuntamientos donde se lograron equilibrios en las fórmulas, aunque no así en el ejercicio de la función pública, ahí están los piques entre síndicos y presidentas, o viceversa.

Ahora lo mismo que vivieron en su momento las mujeres se antoja para el resto de los grupos marginados, las candidaturas serán de relleno, simplemente para cumplir con el requisito pero con escasas posibilidades de triunfo.

Veremos cuántas de esas propuestas de la comunidad LGBTTTIQ+ logran el triunfo, actualmente solamente se ve un caso competitivo, es en Zacatelco y por el Verde Ecologista, hablamos de Valeria Loreti, transgénero que busca la alcaldía y cuyo partido, desde antes de la orden, ya la tenía en sus filas y la presentó como su candidata.

El resto de los partidos qué harán, tanto los que se dicen de derecha como de izquierda, liberales o conservadores, en los hechos, al día de hoy, no han formado e impulsado perfiles.

Y ya no hablenos de las personas con discapacidad, indígenas y afromexicanos, la tarea no la han hecho porque simple y sencillamente no han querido, ni les ha interesado, tendremos que esperar, al parecer, acciones afirmativas para entregar las “cuotas”, y años después, como las mujeres, ser consideradas en candidaturas más que por su condición de género o grupo, por su alta competitividad, como ocurre en este momento con Lorena Cuéllar y Anabell Ávalos que se ganaron la posición a pulso, por su trayectoria política y con grandes posibilidades de llegar a gobernar Tlaxcala.