Actores y Escenarios: Una estrategia perversa
13 de abril - 2021

Por Esteban García

Terminó la primera semana de campañas, y resulta preocupante que la coalición que dice estar arriba en las encuestas comience a construir una narrativa de fraude.

Durante su primer acto público, que llamó la atención por el opulento globo aerostático que contrató para promocionar su imagen, Lorena Cuéllar Cisneros, candidata de la Coalición “Juntos Haremos Historia”, declaró sin empacho: “No permitiremos que nos vuelvan a robar nuestro triunfo”. Esta expresión pareció más una provocación o grito de guerra que anticipó el desarrollo de una estrategia que está en marcha, y que tiene que ver con el escenario de ganar en tribunales lo que no se pueda ganar en las urnas.

Luego, la ex delegada del Bienestar hizo alarde del respaldo del hidalguense Miguel Ángel Islas Chío, representante de la organización magisterial estatal “Tlaxcallan”, quien se comprometió, no sólo a votar y movilizar a los electores en favor la morenista, sino a ser “fieles vigilantes” del voto. Esta situación advierte el despliegue de estructuras extrainstitucionales para asumir funciones propias de los órganos electorales. Además, para quien se presenta como luchadora contra la corrupción, resultó incoherente presumir el apoyo de un personaje acusado de fraude y de irregularidades en su gestión como servidor público.

Otro elemento que advierte el desarrollo de esta estrategia perversa es la acusación de presunto manejo de recursos públicos con fines electorales, por parte del gobierno estatal. Este tema, siempre socorrido por los candidatos y partidos de oposición, también indica un intento por enturbiar el ambiente electoral. Lo correcto es que, si tienen pruebas, las presenten ante las autoridades competentes. Sin embargo, vale la pena hacer dos importantes observaciones: 1) el gobierno estatal suspendió la entrega de los programas sociales antes del 4 de abril, día que inició la veda electoral; y 2) hay programas, como los agropecuarios, que, por reglas de operación, seguirán entregándose, lo que no es contrario a la ley, de acuerdo a una tesis del Tribunal Electoral, que solo prohíbe su promoción o su condicionamiento electoral.

Finalmente, la crítica al listado de periodistas elegidos por el ITE para moderar los debates de candidatos a la gubernatura, basado en la idea de que son afines al gobierno en turno, pasa por alto lo fundamental, que es su función, más que los nombres. Es decir, únicamente moderarán el ejercicio, con base en los criterios que establezca la autoridad, de modo que no podrán hacer ni más ni menos, y el fondo del cuestionamiento a su supuesta falta de imparcialidad es banal.

Definitivamente hay signos que ya permiten apreciar frustración y desesperación. No ha sido fácil para el equipo de Lorena Cuéllar asimilar que no supieron aprovechar la ventaja que inicialmente les daban las encuestas. Ahora, las tendencias en las preferencias electorales prácticamente han emparejado a la abanderada morenistas con Anabell Ávalos Zempoalteca, candidata de la coalición “Unidos por Tlaxcala”.

Los errores de estrategia se pagan caros, y en la coalición “Juntos haremos historia” ya lo están sufriendo. Por eso les resulta más cómodo construir desde ahora una narrativa de fraude, rayando en la incongruencia, con una campaña que de inicio sería austera y virtual, y que ahora es de contacto masivo y de reparto de utilitarios; con propuestas de bajo y mediano perfil, con denuncias sin pruebas, y un discurso polarizador que esconde improvisación y desconocimiento de la gestión pública.

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