Por Edgardo Cabrera

Es tal la incongruencia y la mentira en la delegación del “mal-estar” donde cobra como delegado un ex alcalde con cuentas públicas reprobadas, pero que en los hechos funge como títere de la virtual candidata morenista al gobierno del estado, haciendo de esa oficina, una extensión del búnker de campaña.

Resulta que el fin de semana este mal llamado funcionario público amenazó, sí, así como lo lee, con despedir a los brigadistas que vacunen contra el Covid a personas que no cumplan con la edad establecida dentro del esquema, o de municipios ajenos a los seleccionados.

La amenanza está documentada, la hizo vía mensaje de texto, nos la proporcionó precisamente una de las personas que consideró injusto el trato, sobre todo, porque son ellos, los funcionarios y ex funcionarios, quienes se dedican a lucrar electoralmente con el Covid.

Resulta que de esa misma delegación, sale información privilegiada y oficial para ser utilizada por parte del equipo de la señora Cuéllar, o cómo explicar que desde sus cuentas de whats app se generen “invitaciones” con fechas, horas y lugares para la vacunación, antes que se hagan del dominio público.

No solo eso, es el equipo de campaña quien metió en camisa de once varas a la delegación de esa oficina federal por difundir antes entre sus allegados la información e incluso hacer una especie de pre registro para acudir a partir de este lunes a la decena de municipios palomeados, sin embargo, el viernes por la noche se les cayó el tinglado, cuando a nivel central cancelaron el envío de dosis a Tlaxcala, sin mayor explicación.

Evidentemente no solo se trata de terrorismo laboral contra los brigadistas “correcaminos”, sino de un claro desvío de recursos públicos, y llama la atención, porque precisamente el presidente Andrés Manuel López Obrador enfatizó que las vacunas contra el Covid no serían utilizadas con fines electorales, no solo eso, convocó a los gobernadores a firmar un pacto para fortalecer la democracia en el periodo electoral, en los hechos, para no inmiscuirse.

El primero en responder y suscribir el acuerdo fue el mandatario estatal priísta Marco Mena, contradictoriamente, es el gobierno federal quien inclumple lo pactado mediante los títeres de la delegación del malestar quienes, insisto, actuan como una extensión de la casa de campaña de la candidata morena.

UNA RAYA MÁS AL TIGRE 

Una muestra más de la incongruencia y la mentira, es el caso del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, de quien se ventiló que la semana pasada supuestamente fue vacunado en Nopalucan, en compañía de su parentela y algunos cuates fifís.

Tras el trascendido, el también titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la Secretaría de Gobernación, no salió a desmentirlo, raro, porque si algo tiene este viejo y colmilludo político es su intolerancia a las críticas o informaciones relacionadas con su persona.

Atendiendo a la amenaza que lanzó el señor que cobra como delegado del “Malestar”, veremos quiénes son los despedidos por permitir que se salte la fila, máxime porque ni en ese municipio vive, es más, desde hace mucho tiempo hace su vida en la Ciudad de México, como desde antes que fuera gobernador.

Pero también, atendiendo a lo dicho por su jefe, el presidente de la república, ¿habrá alguna sanción al funcionario federal por no seguir las reglas establecidas dentro de la estrategia nacional?, por anticipado le digo que no.