Oportunidad histórica
3 de julio - 2018

Por Fernando Tamayo

El triunfo de Andrés Manuel López Obrador el domingo pasado no es lo único que pasará a la historia moderna de nuestro país, sino además, el comportamiento estadista y demócrata de sus contrincantes, el golpe certero de la ciudadanía mexicana hacia el establishment y, principalmente, el destierro de una buena vez de que el Sistema Mexicano era todo menos democrático.

El 1 de julio de 2018 México con más de la mitad de la votación total –de acuerdo a lo informado por el INE- el candidato de las izquierdas; Andrés Manuel López Obrador obtuvo el triunfo en la elección presidencial, no sólo por ser el candidato mayormente apoyado, sino además, tras convertirse en el único que hizo propia la molestia, el hartazgo y la desconfianza que existe de la sociedad hacia los partidos políticos, la política y el sistema que ha sido incapaz de romper la brecha tan grande que existe entre gobernantes y gobernados.

El día de ayer el pueblo de México, al menos la mayoría de los que estaban en posibilidades de emitir su voto, libre, directo y secreto, desde tempranas horas salieron por primera vez desde que la democracia mexicana se instituyó deseando no solo instaurar una alternancia, sino además modificar el régimen establecido, dando un golpe contundente al sistema de partidos y otorgando un poder histórico al proyecto que AMLO encabeza sin importar capacidades, antecedentes y nombres de aquellos que bajo las siglas de MORENA se presentaron en las boletas electorales para Senadores, Diputados Federales y Locales, sin olvidar a los candidatos a Gobernador en las Entidades donde se eligió a sus mandatarios.

Lo anterior constituye en sí mismo el otorgamiento de una legitimidad sin precedentes a Andrés Manuel López Obrador por parte de ciudadanos, pero también por parte de sus oponentes y desde luego también por parte las instituciones electorales, sí aquellas que durante más de una década, él mismo, había señalado como estar al servicio de intereses particulares y no al del pueblo de México, olvidando que son los propios ciudadanos los que cuentan los votos. La lección del fin de semana no solo fue para el Sistema Político, para PRI, PAN y PRD, y el resto de partidos que los acompañaron, sino también, para AMLO y sus seguidores quienes observaron que su voluntad no solo fue superior respecto de otros candidatos, sino que además fue reconocida, respetada y validada tanto por sus contrincantes como por la propia autoridad electoral. Hoy no existe duda de que AMLO será el próximo Presidente de la República y esa contundente afirmación es gracias a todos los que votaron por él, los que compitieron contra él y reconocieron su triunfo y por parte del INE que dio certeza a un proceso electoral que se vislumbraba mucho más complicado de lo que ha sido.

Hoy México como nación, como modelo democrático se ha convertido en ejemplo no sólo frente al mundo sino frente a sí mismo y, tras años de falta de confianza al  sistema electoral, dejó atrás la fobia del fraude electoral. Hoy no sólo se eligió a AMLO y sus candidatos sino se construyó ciudadanía, es decir, hoy los mexicanos saben que cuentan con el poder de cambiar el régimen, al partido político, al modelo de nación, con sólo acudir a emitir su sufragio, lo cual, no es poca cosa y que el propio Andrés Manuel no debe olvidar.

Pero si lo anterior no fuera poco en un domingo electoral en México, por primera vez, desde el destierro del viejo régimen, el mismo día y en escasos minutos los mexicanos tenemos claro quién será el próximo mandatario federal, un mandatario sui generis tanto en lo personal, como en lo político. Y ahora tras un proceso histórico el país en su conjunto; primero los que votaron por él y los que no pero que han validado y reconocido su victoria y su investidura de Presidente Electo, Andrés Manuel, deberá responder a todos aquellos que le otorgaron su voto y a quienes no lo favorecimos pero que de igual manera deseamos que nuestra nación encuentre, paz, justicia, y se destierre de una buena vez la corrupción y la impunidad.

La responsabilidad del nuevo Presidente no es minúscula pues ahora pasa del otro lado de la arena política, convirtiéndose en protagonista y responsable de lo que pase y no pase en el país. No hay pretextos, AMLO con el tsunami con el que fue electo cuenta con todas las herramientas necesarias para construir su llamada “cuarta transformación”. Esperemos que la historia que configure sea en beneficio de todos los mexicanos. Al tiempo.

Desde la barrera

Los grandes derrotados no fueron los partidos políticos, sino por el contrario, los llamados candidatos independientes, una figura novedosa y progresista del sistema fue borrada por completo de la arena electoral. Caso especial merece el jalisciense Kumamoto quien en los últimos años había sido considerado un caso de éxito y que fracasó en su intentona por acceder al Senado de la República.

www.miradasdetalante.blogspot.com

fernandotmy@gmail.com

twitter.com/fernandotmy