Rapiña
29 de noviembre - 2016

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Los levanta dedos están en pleno proceso de retiro por lo que no cederán cuartel en eso de sacar raja política, de ahí que en la renovación del IAIP, Lincoln y su grupo evidencian desmedida ambición. Aunque alcaldes y diputados se frotan las manos por las basificaciones de sus allegados, sus beneficiados no tienen el futuro asegurado

Por Edgardo Cabrera

Una vez más, la integración de un organismo parece estar condenado al reparto de cuotas y posiciones entre los diputados locales.

Basta revisar la lista de los suspirantes a comisionados de Acceso a la Información Pública para comprobar su injerencia.

Para empezar, el flamante presidente de la Comisión legislativa de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales, Lincoln Rodríguez (alfil del orticismo en el Congreso local) fue el primero en poner el mal ejemplo.

No tuvo empacho en permitir –quizá alentar- que 2 de los consentidos de Serafín Ortiz se inscribieran: Jesús Ortiz Xilotl y David Cabrera Canales.

Pero no sólo Lincoln y su grupo evidencian ambición, Francisco Javier Mena Corona, actualmente comisionado del IAIP, es otro caso condenable.

Por su terquedad de no dejar la ubre, podría encaminar el proceso de renovación a una controversia constitucional; no perdamos de vista que aunque de última hora se reformó la norma secundaria para no vulnerar el derecho de participar de los actuales comisionados, en la Constitución se mantiene el candado que limita su reelección.

En la misma situación (esa de regresar a las “mieles” de la transparencia) está el ex presidente de la Caiptlax, Claudio Cirio, académico de la UAT y quien tras su paso por el organismo sólo se le recuerda por ser criticado por sus constantes viajes.

Y a los anteriores se suman personajes con pasado político y, por tanto, con intereses partidistas, tal es el caso de Melesio Domínguez Morales, ex candidato perredista y ahora refugiado en Morena con el diputado local Baldemar Cortés, con quien colabora.

Con nexos partidistas también aparece Lucero Romero, esposa del diputado electo por el PRD Fredy Cuatecontzi; Vicente Francisco Álvarez, ligado al grupo político del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya; y Edgar Texis Zempoalteca, identificado con el PAN.

También llama la atención Didier López, por desempeñarse como secretario particular de la diputada federal priísta Anabel Alvarado Varela; y Uatsé Antonio Minor, ligado al ex líder sindical del SNTE, y actual diputado electo del Panal, J. Carmen Corona.

Por lo anterior ya hay voces –como la del perredista Manuel Cambrón– que piden tirar la convocatoria y reponer todo el procedimiento, exigencia que difícilmente será tomada en cuenta.

No perdamos de vista que los levanta dedos están en pleno proceso de retiro por lo que no cederán cuartel en eso de sacar raja política y ventaja en las últimas decisiones que tienen entre sus garras.

Del plato a la boca…

Aunque alcaldes y diputados se frotan las manos por las basificaciones de sus allegados y familiares, para lo cual actuaron en complicidad con los líderes sindicales del 7 de mayo y 4 de octubre, sus beneficiados no tienen el futuro asegurado.

Nos enteramos que entre las primeras acciones que ya cocinan las autoridades electas se encuentra una revisión exhaustiva para congelar dichas plazas.

Los argumentos legales sobran, para empezar, varios de estos puestos se otorgaron sin cubrir los requisitos que establece la ley al favorecer a familiares o a trabajadores que no tenían la antigüedad, experiencia o preparación exigidas para las posiciones que ocuparon.

Lo que es peor, varios de estos basificados cobran sin trabajar, otros no cubren al menos 8 horas laborales al día, y algunos están “comisionados” en tareas que nada tienen que ver con el puesto por el que gozan de su quincena –ahí está el caso de la sobrina del diputado azul Roberto Zamora y esposa del también diputado panista Julio Álvarez-.

Aunque los tramposos líderes sindicales y sus padrinos aseguren que los beneficiados son inamovibles, lo cierto es que varios de sus agremiados están molestos con su voracidad y complicidad con diputados y alcaldes salientes por lo que, además, no se descarta que eventualmente sean derrocados.

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