En Michoacán y Guerrero las autodefensas no fueron la solución contra la delincuencia, algunos de esos grupos terminaron pactando con el crimen organizado, ahora a alguien se le ocurrió hablar de “autodefensas tlaxcaltecas”. Un argentino insiste en seguir lucrando políticamente con el tema de la salud mental, la presidenta del TSJE y 2 alcaldes sus nuevos ganchos

Por Edgardo Cabrera

El hartazgo a la delincuencia orilló a que los ciudadanos se organicen en algunos municipios para realizar la labor que debieran hacer los policías, aunque no faltan aquellos que buscan protagonismos y llamar la atención con otros fines.

Lo anterior viene a colación por la aparición del “Movimiento Popular Socialista de Tlaxcala” quien ayer presumió la existencia de 5 grupos de “autodefensas” patrullando los municipios de Calpulalpan, El Carmen Tequexquitla, Ixtacuixtla, Huamantla y Tlaxco.

Según el líder de la agrupación cuentan con armamento y son algo así como medio millar de personas quienes los conforman.

Además advirtió que se multiplicarán las armas de fuego para combatir a los delincuentes y, según sabemos, para el fin de semana tienen preparada la presentación oficial de las “autodefensas tlaxcaltecas” que saldrán con machetes y palos en manos a declararle la guerra a la delincuencia.

Llama la atención que Israel Campos Montiel, por cierto pariente del ex líder del Movimiento de Bases Magisteriales Manuel Campos (ex esposo de la ex candidata a la gubernatura Rosalía Peredo), hable con tanta ligereza.

Con sus señalamientos lejos de contribuir a la vigilancia ciudadana etiquetó a esos grupos con un título que no genera confianza y que por el contrario los exhibe como carne de cañón para la delincuencia.

No perdamos de vista que en estados como Michoacán o Guerrero las llamadas autodefensas no fueron la solución, por el contrario, al paso de los años algunos de esos grupos terminaron infiltrados por el crimen organizado convirtiéndolos en grupos de choque con cárteles rivales.

Campos, a quien lo recordamos como oreja de gobernación, parece que más bien quiere atraer reflectores e incluso politizar el tema.

No perdamos de vista que su pariente (a quien recientemente lo corrieron docentes del Cecyte de Santa María Texcalac por ser impuesto como director del plantel) en 2010 pretendió ser diputado plurinominal por el extinto Partido del Pueblo Tlaxcalteca, instituto que él creó, por lo que no dudamos que detrás de la repentina aparición de Israel tenga que ver no solo por la coyuntura por la inseguridad, sino por el cambio de gobierno.

Por cierto que mientras unos inventan autodefensas, en algunos municipios ya operan con éxito comités vecinales, basta revisar lo que ocurre en Papalotla donde ante la apatía y mediocridad del gobierno municipal los vecinos integraron grupos de vigilancia que han logrado frenar los robos a casas habitación.

Oportunista

El que insiste en seguir lucrando políticamente con el tema de la salud mental es un argentino -avecindado en Tlaxcala desde hace varios años- quien no ha perdido la oportunidad de estar cerca de candidatos, políticos y gobernantes para promover su negocio disfrazado de conferencias motivacionales y escuela (cuyo permiso de funcionamiento se lo dieron ipso facto en la era de Héctor Ortiz)

Es el mismo que sugirió a una ex candidata a la gubernatura realizar una ceremonia en la penumbra (con velitas en mano) como acto de arranque de campaña que a la postre sirvió para que tanto sus afines como sus adversarios la ridiculizaran.

En el sexenio pasado fue el asesor “mental” de la primera dama, lo que le valió convertirse en el conferencista preferido del DIF estatal.

Ahora de nueva cuenta se quiere colgar de la imagen y del peso que representan algunos cargos para atraer clientes.

Para muestra anunció una conferencia con fines de lucro “sólo para parejas” donde presumió entre sus asistentes los alcaldes de Tlaxcala y Huamantla, Adolfo Escobar y Alejandro Aguilar, con sus respectivas esposas, así como a la presidenta del TSJE, Elsa Cordero, la senadora Lorena Cuéllar, y la presidenta electa de la capital, Anabell Ávalos.

¿Acaso eso no es lucrar con las emociones y la vida íntima de la población?, qué tienen que ver los políticos con el “apoyo” terapéutico que promueve.

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