Por Jorge Alfredo Montes de Oca

A través de los medios de comunicación, se ha consignado que el CDE del PAN prepara para el próximo lunes, algo así como 25 expulsiones de militantes y liderazgos que traicionaron la causa en la elección del pasado 5 de junio.

El blanquiazul es un cadáver en Tlaxcala.

Nunca ha existido una gran militancia en el estado, y mucho menos cuadros políticos serios que hayan destacado a nivel nacional.

La muestra más clara fue la votación que lograron para la gubernatura, sí hace seis años y con todo el aparato federal y estatal no retuvieron el poder, ahora que no eran gobierno y que se encontraban igual o más divididos que las izquierdas, ya se auguraba un gran descalabro de magnitudes catastróficas.

Y se cumplió.

La eterna candidata Adriana Dávila y su patiño-marioneta Carlos Carreón son los principales artífices de la vergüenza nacional azul, pero también hay personajes como Sergio González, Aurora Aguilar, Leonor Romero, Alejandro Aguilar, Adolfo Escobar, Migue Ángel Polvo y una larga lista de etcéteras, que no movieron ni un dedo en la pasada campaña electoral.

Es más, algunas, mañosamente, mandaron a sus esbirros a trabajar a favor de Lorena Cuéllar, mientras se daban golpes de pecho y se ponían la camiseta azul en el vecino estado de Puebla. La doble moral.

La enfermedad de Lorena

Dicen los que saben, que lo de Lorena Cuéllar ya raya en algo patológico.

Por un lado, siendo Senadora de la República, no sólo luchó, se peleó, defendió, votó y avaló la integración del Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET), incluso el propio Hugo Morales Alanís fue la carta del PRD para integrar ese órgano colegiado.

Ahora y como buena traidora e incongruente, y en vista de que los resultados no le favorecieron, insulta, descalifica, llama a la violencia y al desorden social y hasta manda al diablo a las instituciones, cuando uno de los ¨suyos¨ coloca el último clavo en el ataúd de su carrera política.

MORRALLA

A estas alturas, Marco Mena ganó la elección por más de 500 mil votos según los barberos, lisonjeros y arribistas.

Si supieran…