A la Verónica: El legado de Peraza
19 de junio - 2016

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Por Gerardo E. Orta Aguilar

 

Hace unos días falleció a los 90 años de edad, el artista yucateco Humberto Peraza, quien a través de la escultura adornó plazas de toros, bulevares y explanadas con singulares piezas de auténtico arte.

En varias plazas del país pueden apreciarse las obras de Peraza que, en sus inicios, ayudó al maestro Alfredo Just en la confección de las esculturas que se pueden apreciar en cada rincón de la Monumental Plaza de Toros México.

Humberto Peraza, es quizás, el escultor taurino más reconocido e influyente en México por las obras que aportó al mundo de los toros.

Además, el maestro yucateco era aficionado a la fiesta brava, su gusto por los toros le permitió plasmar en el yeso, plastilina o en el bronce, lo que sus ojos veían en un festejo taurino.

Lo mismo la magnificencia del toro bravo, que la suerte de varas en todo su esplendor, figuras del toreo como Manolo Martínez, toreros bufos como como Cantinflas y cantantes apasionados como Agustín Lara.

Todas sus obras son un monumento a la belleza, a la inspiración, máxime, cuando se trata de la fiesta brava. El arte efímero del ruedo, él lo llevó a lo plástico para retratar los momentos de tragedia y de gloria.

Descanse en paz, don Humberto Peraza y Ojeda.

¿Cambio?

Desde hace unas semanas se anunció que el empresario Rafael Herrerías dejará de administrar el coso mayor de México, la monumental de Insurgentes.

El anunció agradó a un sector de la afición, por no decir que a la mayoría, pues de hace unos años a la fecha, Herrerías fue duramente criticado en la prensa especializada y por aquellos que se dicen aficionados duchos, los que están en contra de todo y a favor de nada.

Si bien Herrerías se peleó con todo mundo en la fiesta brava, es innegable que las corridas de toros ahí estuvieron, el negocio no es fácil, lo reconoció en diversas ocasiones y empresarios taurinos coinciden con la premisa.

En su paso por La Plaza México, se le criticó la actuación de jueces, la contratación de dizque toreros de postín, sobre todo mexicanos, pero sobre todo, la lamentable presencia de algunos toros lidiados en una de las plazas más importantes del mundo.

Sin embargo hay que decirlo, fiesta siempre hubo, se intentó defender los festejos y hasta ahora no han surtido efecto los embates de los grupos de choque que han intentado boicotear las tardes de toros adquiriendo una bandera desproporcionada y violenta. Lo cierto es que ni en este ni en otro menester, se dejará contento a nadie, siempre habrá el prietito en el arroz.

Ahora, al parecer quien llevará los destinos del gigantesco embudo capitalino, será el influyente arquitecto  Javier Sordo Madaleno, quien prácticamente forma parte del mismo grupo taurino de Herrerías.

Evidentemente que los aficionados se han preguntado si en verdad habrá un cambio en la manera de administrar la Plaza México, sobre todo en el tema de la presencia de toros.

De unas temporadas a la fecha, es característico de la Temporada Grande, observar toros sin la bravura y presencia dignas de la que, se supone, es la plaza más importante del país.

Atrás han quedado las legendarias ganaderías tlaxcaltecas que, si bien no lo garantizan, aún conservan sangre brava que presagia el peligro y el espectáculo verdadero.

 

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