Por Gerardo E. Orta Aguilar

El estado de Tlaxcala se encuentra por encima de la media nacional en casos de alcoholismo entre la población, pues el 59.9 por ciento ha consumido la sustancia, incluso desde edades tempranas.

De acuerdo al coordinador estatal del programa de salud mental y adicciones de la Secretaría de Salud, Óscar Acosta Castillo, la media nacional de alcoholismo en hombres oscila en el 54 por ciento, contra el 58.8 por ciento de mujeres consumidoras de alcohol.

De hecho, apuntó que el 29.1 por ciento de estudiantes de escuelas primarias en Tlaxcala, por lo menos una vez ha consumido alguna bebida alcohólica, no obstante que la media nacional asciende a 16.9 por ciento, sin embargo, el sector preocupante es el que se encuentra en secundaria y bachillerato.

El funcionario estatal remarcó que uno de los alicientes de esta situación en Tlaxcala es que no hay control en la oferta de alcohol en los 60 municipios, pues la sustancia se ofrece de manera indiscriminada, lo mismo a menores de edad que a personas adultas.

Cabe señalar que con corte al 2011, en el estado de Tlaxcala el 5.5 por ciento de la población de 18 a 59 años de edad, reconoció haber consumido alguna vez en su vida alcohol, o lo sigue haciendo en la actualidad, ya sea de manera ocasional o permanente.

Ese porcentaje se traduce en que más de 60 mil personas han tenido contacto con bebidas alcohólicas en sus diversas modalidades.

En contraste, el estado de Tlaxcala se encuentra entre las entidades del país con menor incidencia en el consumo de sustancias prohibidas.

Al referirse a los centros de Alcohólicos Anónimos (AA), Óscar Acosta Castillo precisó que se tiene reporte de 17 establecimientos en todo el estado que cuentan con el reconocimiento y validez legal para operar en el marco del respecto a los derechos humanos.

No obstante, aceptó que existen centros en los que sí se llevan a cabo vejaciones que no son reguladas por la ley, aunque advirtió que a nivel federal se tiene la intención de regular la actuación que tienen los denominados anexos que fomentan la rehabilitación con base en prácticas que atentan contra las garantías individuales.