Los Ángeles| Excélsior.- Como si se tratara del final de un emocionante guión, el Oscar a la Mejor Película de la edición 88 del Oscar fue entregado a En primera plana (Spotlight), la película de Tom McCarthy que denuncia la historia de un grupo de periodistas del Boston Globe, que destapó los escándalos de pederastia cometidos durante décadas por curas en Massachussets y que cimbró a la Iglesia católica.

The Revenant: El renacido, que buscaba la estatuilla en 12 categorías, se quedó con el de Mejor Dirección, para Alejandro González Iñárritu (por segundo año consecutivo); Cinematografía para Emmanuel Chivo Lubezki (el tercero en tres años), y el de Mejor Actor, para Leonardo DiCaprio, que era esperado por todo el mundo.

Lubezki agradeció a la Academia y compartió el logro con “el elenco y el equipo, especialmente con mi compadre, Mr. Iñárritu. Por tu pasión, Alejandro, muchas gracias”, señaló quien se convirtió en el primer Cinefotógrafo en conseguir el reconocimiento de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas estadunidense en tres años consecutivos.

Tras recibir la ovación más sonora de la noche, DiCaprio, quien quizá había esperado más que nadie el Oscar, reconoció que The Revenant: El renacido era el resultado del talento de “un grupo increíble de actores, empezando por su amigo Tom Hardy, y de mi director, Alejandro G. Iñárritu”.

“Al compás que se desenvuelve la historia del cine, has forjado estos últimos años tu camino en la historia. Tienes un talento increíble, gracias a ti y al Chivo por crear una experiencia cinematográfica trascendente”, añadió el protagonista de Titanic y El lobo de Wall Street, quien también tuvo palabras de agradecimiento para sus padres, para el cineasta Martin Scorsese, y dedicó parte de su discurso, para alertar sobre el calentamiento global.

“Filmar El Renacido significó retratar la relación del hombre con el mundo natural, un mundo que en 2015 vivió su año mas caliente de la historia.

“El calentamiento global es un problema que está sucediendo en este momento, que es real y que debemos enfrentar juntos para el bien de la humanidad, de los indígenas y por los niños que serán los más afectados. No lo debemos dar por hecho.”

En la ceremonia desarrollada en el Dolby Theatre predominaron los chistes y alusiones al boicot anunciado por los actores negros que se declararon inconformes por la ausencia de sus representantes en las nominaciones, algo que sirvió para hacer alusión una y otra vez hasta el hartazgo.

Las categorías técnicas quedaron, prácticamente todas, en manos del australiano George Miller y su Mad Max: Furia en el camino, que recogió los premios a Mejor Edición, Vestuario, Maquillaje y Peinado, Mezcla, Edición de Sonido y Diseño de Producción.

Alicia Vikander, de La chica danesa, sorprendió al llevarse el premio a la Mejor Actriz y Brie Larson cumplió las predicciones al hacerse con la estatuilla en la categoría de Mejor Actriz por su trabajo en La habitación.

Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó cuando el compositor italiano Ennio Morricone recogió su primer Oscar en competencia por el score de Los ocho más odiados, de Quentin Tarantino.

El cantante Sam Smith, autor de Writing’s On The Wall, tema de la película Spectre, dedicó su Oscar a la comunidad lésbico gay de todo el mundo, una de las minorías más relegadas del planeta.

El cortometraje Historia de un oso, de los chilenos Gabriel Osorio y Pato Escala, se llevó el premio en la categoría de Corto Animado, mientras que El hijo de Saúl, alzó la presea en la categoría de Mejor Película Extranjera. Intensa-Mente, de Pete Docter y Jonas Rivera, se llevó el Oscar a la Mejor Película Animada.

Durante su intervención, la presidenta de la Academia de Hollywood, Cheryl Boone, prometió que los cambios en el organismo que preside continuarán hasta lograr los necesarios a favor de todas las comunidades, pero urgió a la acción de todos los miembros de la industria. “Estoy convencida que juntos podemos darle forma a un futuro del que todos podemos estar orgullosos.”