Parte II de la reseña histórica del tradicional “ahorcado” por Jesús Cortés Ilhuicatzi, cronista municipal.

Chiautempan| Redacción.- Pasando los años el señor Benjamín Rojano, mejor conocido como el “Valijas” pidió cooperación para la confección de atuendos de los disfraces diciéndoles: “si no quieres que te diga cosas en publico coopera”.

Como podernos darnos cuenta ya desde la colonia, ante la tiranía, opresión que sufría el indígena, este busco una forma de satirizar a su patrón, y el momento preciso lo fue el carnaval, donde desahogaba el cumulo de sensaciones reprimidos, pues al observar el baile de los patrones caciques de su música, de las costumbres, ellos sirvió para ridiculizarlos, he allí que el ingenio indígena mezcló los sonidos de sus instrumentos prehispánicos como el teponaxtle, la flautilla, y los instrumentos de cuerda y metales, para ejecutar y crear una nueva música que sirvió para ridiculizarlos , formando una banda de viento, y con las vestimentas su danzar fue creado paulatinamente ese ritmo pegajoso y loco como hasta hoy lo conocemos.

Uno de los principales guionistas del “ahorcado”, fue don Arturo Córdova, que desde el año de 1956, retoma la estafeta, organizando a un grupo de ciudadanos Chiutempense, que se reunían en su casa, y en otros lugares para escribir, diseñar trajes de quienes iban a mofarse o satirizar en el ahorcado.

Algunos colaboradores del papelote y escritores hasta la fecha han sido Carlo M. García, Bonifacio Zempoaltecatl Lima, Benjamín Rosano, Arturo Córdova, Pablo Zarate, Jesús Hernández, Luis Ahuatzi, Felipe Montiel, Tomas Guevara, Ranulfo Ahuatzi, José Caso Guerra, Fabio Gracia, Manuel Tlachi, Donaciano Blanco, Lauro Tapia, Alfonzo Oropeza, Gabriel Montiel, Moisés Corona, Ricardo Cordero Lima, Agustín Flores Meza, Rogelio Flores Meneses y Vicente Solís.

Entre otros tantos ciudadanos distinguidos que han colaborado en el ahorcado, pero también de la s comparsas de cada barrio, donde se muestra un mosaico de disfrazados, que nos hacen reír, pensar, mofarnos, tanto de políticos, empresarios, indigentes, artistas, cemiteros, tortilleros, en fin de tantas caracterizaciones, que hasta políticos vienen de incognitos o disfrazados, para ver si los tomaron en cuenta en el ahorcado o en el desfile.

Una frase de don Agustín Flores Meza, que ya es clásica: “si apareces en el ahorcado quiere decir que eres gente importante”…. Si no eres gente del montón.

Don Lauro Tapia Téllez se reunió con la honorable comichion ahí dijo una frase que quedo para quedarse, “el ahorcado es de todos y a la vez de nadie”.

Cuando fue presidente municipal Fermín Sánchez Varela, se trato de prohibir el ahorcado y como consecuencia surgieron unos panfletos con dedicatoria que decía: “el ahorcado aún no ha muerto”, que acuña una estrofa que dice:

“Un tirano con dos antifaces diamantados

Tiembla de miedo al pasar

Que después de tanta poliquetería

En febrero a carcajadas se sabrá la verdad”

Y la verdad que sucedió, que salió una hoja con el credo político, el padre nuestro, trece puntos de gobierno de Fermín Sánchez.

El ahorcado siempre a sido el mejor referente de sátira, mofa, burla, seudónimo, apodo, sobrenombre, puchilamiento, terminación eros, panfletos, papelote, que durante 100 años no ha muerto, ha sabido medicarse para sobrevivir y seguir haciéndonos reflexionar y reír.