La vida en México según la OCDE
22 de octubre - 2015

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Senadora Adriana Dávila Fernández

Hace unos días, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentó el reporte “¿Cómo va la vida en México en 2015?”, el cual analiza “algunos de los recursos que conformarán el bienestar de las personas en el futuro… incluyen aspectos de capital natural, capital humano, capital social y capital económico”.

Es importante señalar que desde 2011, con la Iniciativa para una Vida Mejor, este organismo evalúa la calidad de vida en los países que lo integran bajo indicadores fundamentales dentro del marco internacional, que considera esenciales para una buena vida, como el ingreso, empleo, vivienda, acceso a servicios, educación, salud, medio ambiente, participación cívica y gobernanza, seguridad, conciliación entre vida laboral y personal, relaciones sociales y satisfacción vital.

Se mide el progreso, lo que invariablemente nos lleva al análisis del nivel de bienestar de las y los mexicanos. Según este documento, el ingreso familiar neto promedio per cápita en México es menor que el promedio de la OCDE, es decir, los niveles promedio de bienestar se reflejan en las oportunidades de vivir mejor según la región en que se resida, lo que implica marcadas desigualdades regionales en el ingreso y el empleo. Por ejemplo, el ingreso en el Distrito Federal es 3 veces más alto que en Chiapas. Y las tasas de desempleo van de 1.5% en Guerrero a 6.8% en el Distrito Federal.

También el acceso a la salud y a servicios básicos, según la región en que se viva, ha reducido las tasas de mortalidad materna e infantil. Las niñas, los niños y los jóvenes en México tienen condiciones de vida baja, con una tasa de pobreza de ingresos del 25.8%; el 15.5% de los mexicanos entre 15 y 19 años no trabajan ni estudian, y la capacidad de lectura en los jóvenes es baja. En este rubro, existen diferencias en el acceso a la educación según el estrato económico en el que se crece. En el Índice para una Vida Mejor, 4 mil 800 mexicanos manifestaron que lo más importante son la educación, la salud y la satisfacción ante la vida.

Estos datos revelan los escasos resultados de las políticas públicas a nivel nacional y a nivel local. Aún con las reformas estructurales aprobadas por el Congreso de la Unión, como la educativa, la energética, la laboral, la de telecomunicaciones, entre otras, no se ha logrado reducir la pobreza, no se ha mejorado ni la calidad del empleo ni ha disminuido la tasa de desempleo, los estándares de educación y seguridad son bajos. En pocas palabras, las desigualdades en México son mayores a las observadas en otros países de esta organización, que en mucho se deben a la tóxica reforma en materia económica, que no ha logrado impulsar al sector productivo.

Es urgente reforzar las estrategias de la actual administración para elevar la calidad de vida de los mexicanos. Este reporte debe alertarnos sobre lo que nos falta hacer, como país, y dar respuesta a las demandas ciudadanas, porque hasta la fecha no hemos alcanzado mejores estándares de vida.

RECUENTOS DEL DIA MUNDIAL DE LA ALIMENTACIÓN

Con la finalidad de hacer conciencia sobre el grave problema alimentario a nivel nacional e internacional, los grupos parlamentarios en el Senado de la República nos pronunciamos por fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, así como combatir la desnutrición y la pobreza. Bajo el tema del Día Mundial de la Alimentación, la Protección Social y Agricultura, se pretende romper el ciclo de la pobreza rural y destacar la importancia de reducir la pobreza rural y garantizar el acceso a los alimentos o a los medios para adquirirlos. «Las riquezas del campo mexicano favorecen la nutrición y la sana alimentación de las niñas, niños y jóvenes de México; sin embargo, aún existe un amplio porcentaje de la población por la cual debemos fortalecer las medidas para combatir el hambre y la malnutrición.

RECUENTOS DEL VOTO DE LA MUJER EN MÉXICO

El pasado 17 de octubre se celebró el 62 aniversario del derecho de las mujeres mexicanas al voto. Sin lugar a dudas, uno de los grandes beneficios de la reforma político-electoral fue la paridad de género, dejar establecido en la ley la posibilidad del equilibrio de candidaturas entre hombres y mujeres. La eficacia de la paridad, como principio constitucional, quedó demostrada en los procesos electorales, tanto federal como locales del presente año. La integración de mujeres en los cuerpos legislativos es aproximadamente del 40%.

Aún falta buen trecho por recorrer para tener condiciones de igualdad en las competencias electorales, disminuir los obstáculos y erradicar la violencia política, es decir agresiones, amenazas e incluso, asesinatos en contra de los liderazgos femeninos que aspiran a tomar decisiones de beneficio común.

Las legisladoras del Senado de la República nos hemos comprometido a trabajar en reformas jurídicas para definir, perseguir, sancionar, combatir y erradicar la violencia política por razones de género.