Teatro caído
12 de octubre - 2015

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A López Obrador y Martha Palafox se les cayó el teatro, en Papalotla un grupo de militantes sacaron la casta y se quejaron por la imposición de la senadora. Por cierto que luego de varios años de dejarlos colgados, tras la fama alcanzada por los moquetazos con Dolores Padierna, la tlaxcalteca se volvió a poner los guantes de box

Por Edgardo Cabrera

A López Obrador y Martha Palafox se les cayó el teatro. La semana pasada cuestionábamos a los militantes de Morena de Tlaxcala quienes se habían visto agachones frente al tabasqueño pese a la imposición de una ex priísta como precandidata a la gubernatura.

En Culiacán, Sinaloa, le dieron una muestra a AMLO de repudio por las prácticas antidemocráticas al imponer al Promotor de la Soberanía, figura creada para disfrazar la ilegalidad y realizar actos anticipados de campaña.

En Papalotla un grupo de militantes también sacaron la casta e increparon a Martha Palafox, no la dejaron hablar y se quejaron ante el propio López Obrador por la imposición de la senadora.

“Es un deshonor estar con Palafox”, “AMLO sí, Martha no”, “fuera, fuera Martha tú eres del PRI”, fueron parte de las consignas.

A ninguno de los 2 les gustaron las quejas, se encolerizaron y prefirieron poner pies en polvorosa.

Al igual que en Sinaloa los corifeos del tabasqueño y de la ex priísta acusaron “inflitración” para boicotear el acto, pero eso, lo saben bien, no fue así.

El grupo de Papalotla se encuentra plenamente identificado con la izquierda, son aguerridos y huyeron del PRD por las imposiciones y las malas prácticas en ese partido, los que son del municipio conocen muy bien la historia.

Llegaron a Morena con la esperanza de un cambio, pero en los hechos, comprobaron que el partido de López Obrador es peor de antidemocrático que el de los chuchos.

Moquetazos

Por cierto que luego de varios años de dejarlos colgados, tras la fama alcanzada por los moquetazos con Dolores Padierna, Martha se volvió a poner los guantes de box.

Mientras Adriana Dávila y Lorena Cuéllar hicieron un “pacto de damas” para no alimentar la guerra sucia y elevar el nivel del debate (que buena falta hace), la de Morena adelantó cómo será su campaña en busca de atraer reflectores en sus locas aspiraciones gubernamentales.

Envalentonada por la presencia de López Obrador, arremetió contra la perredista Lorena y la priísta Guadalupe Sánchez Santiago, cierto, no las llamó por su nombre pero el mensaje fue claro, “no más apellidos ilustres que piensan que el gobierno es propiedad de ellos y que les merece por derecho de sangre”.

De paso, también le pegó a su correligionario Alfonso Sánchez Anaya con quien mantiene una disputa por el control del Movimiento de Regeneración Nacional.

Su aseveración resulta incongruente, no perdamos de vista que también su familia, los Palafox, se sienten con ese “derecho de sangre”, ahí están los hijos, los hermanos y otros parientes pegados a la ubre del poder.

El pez, por su propia boca cae.

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