En marzo de 2015 el Congreso de Tlaxcala emitió un exhorto dirigido al gobernador Mariano González Zarur en donde se le requería la actualización del Reglamento para Espectáculos Taurinos.

A la fecha, el Congreso no ha presentado una sola propuesta al respecto, pese a la urgencia de que en la taurina entidad tlaxcalteca se modernice la organización de los espectáculos con presencia de ganado bravo.

Hace unas semanas, la Asociación Nacional de Veterinarios Taurinos, envió al gobernador de Tlaxcala Mariano González Zarur, un oficio en el que solicitó que sean integradas sus aportaciones a la iniciativa que pudiera presentar el Congreso del Estado.

El documento está firmado por el Médico Veterinario Zootecnista, Raúl Sáinz Terrón, presidente de la misma organización.

Los temas de interés son variados, entre ellos, las funciones de los médicos veterinarios en las plazas de toros, las características de las reses a lidiar en un festejo, y las dimensiones de las puyas.

También sugieren opinar respecto a la carente cornamenta de los “toros” que echan en Tlaxcala y plazas aledañas, Apizaco y Huamantla por citar algunas, ni qué decir en las portátiles o pachangas pueblerinas que tan de moda están en nuestro estado.

El eco que tenga el documento será de trascendencia, pues el interés de los veterinarios taurinos demuestra que el impulso a la fiesta brava en Tlaxcala está trascendiendo más allá de las fronteras locales.

Sin embargo, más allá del impulso que el gobernador Mariano González pudiera presumir a la fiesta brava en Tlaxcala, me parece que el desarrollo taurino es atribuible más a las oficinas instaladas en la Plaza de la Constitución y a cargo del también bigotón, Luis Mariano Andalco.

Piedras Negras

El viernes pasado se presentó en Tlaxcala el atractivo libro de Piedras Negras, a cargo de su autor el ganadero Carlos Castañeda Gómez del Campo.

Al evento llegaron importantes personalidades de la fiesta taurina, en un ambiente cargado de regocijo y bajo el acompañamiento del periodista Luis Niño de Rivera y la diputada Aurora Aguilar Rodríguez, quien siempre que puede presume su gusto por la fiesta de toros.

El libro es una auténtica riqueza para la consulta ganadera. Una casa que representa aún, la auténtica bravura no sólo en Tlaxcala sino a nivel nacional y que precisamente por esa bravura, las figuras de vitrina no permiten toros de la divisa tlaxcalteca.