Por Fernando Tamayo

De conformidad con lo plasmado en la Carta Magna de nuestro país, el día de ayer el Presidente de la República a través del Secretario de Gobernación envío por escrito el informe que obliga a darle a conocer al Congreso de la Unión el Estado que guarda la Administración Federal.

En ese contexto y tras haber transcurrido el primer tercio de su mandato, hoy las expectativas respecto al desarrollo de México se encuentran más vigentes que nunca.

Pese a que un gran número de figuras públicas han manifestado su escepticismo respecto a la posibilidad de que nuestro país encuentre un nivel de crecimiento superior, tras la consolidación de las 11 reformas estructurales impulsadas por el Presidente Enrique Peña Nieto, la realidad es que tras la firma del Pacto por México en los primeros días de su mandato la forma a través de la cual el Ejecutivo Federal generó los acuerdos con las distintas fuerzas políticas, quedó de manifiesto que el estilo de gobernar en el marco de una democracia como la mexicana seria de parte del mexiquense distinta a la panista que tras doce años en el poder los resultados permitieron el regreso del Revolucionario Institucional a la primera magistratura del país.

Y es que sin duda la manera en que las Reformas lograron llevarse a cabo debe observarse como un buen presagio de lo que la clase política puede construir cuando logra ponerse de acuerdo. Ahora tocará al Ejecutivo cumplir con su responsabilidad y detonar el desarrollo económico y social que gran parte de mexicanos desean con la finalidad de dejar atrás la sombra del desempleo.

Así, los retos y pendientes del Presidente de la República redundarán en la conversión de lo plasmado en las reformas a resultados tangibles que permita a los ciudadanos generar la confianza de que vamos por el camino correcto. A la par, deberá avanzarse en otros aspectos que de igual forma resultan trascendentales, particularmente, desarrollar políticas públicas que combatan la corrupción y la violencia que azota a varias localidades.

De esta manera, los pendientes no son pocos y requerirán una estrategia diferente por parte de la Administración Federal, dado que la tregua política ha terminado y la disputa entre los distintos partidos por el poder comenzará tras el informe presidencial con miras a renovar la Cámara Baja del Congreso de la Unión el próximo año.

Recordemos que de acuerdo a varios estudios demoscópicos la parte negativa de estos dos primeros años del gobierno peñista redunda en los niveles de popularidad y aceptación del Presidente que se encuentran en su punto más bajo.

Esperemos entonces que la parte en donde el Presidente deberá consolidar su mandato y que comienza a finales de año logre generar los caminos políticos que le permitan acelerar los resultados positivos de las reformas estructurales y dar paso a la iniciativa que logre solidificar el sistema anticorrupción y que ataque la impunidad que es el verdadero cáncer de nuestro país. Al tiempo.

Desde la barrera

En eso de dar cuenta del estado que vive la nación, en nuestro Estado, las autoridades municipales que tomaron protesta el primero de enero de este 2015 vivirán su primer escrutinio público; el grito de independencia. ¿Cuántos alcaldes pasarán minutos incómodos cuando la ciudadanía se manifieste en la noche del 15 de septiembre?

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