Por José Luis Ahuactzin

Falta 22 días para la jornada electoral y los candidatos a diputados locales siguen con propuestas de ocurrencias, sin rumbo, poco reales y nada creíbles.

Pareciera que viven en otro mundo porque resulta que en sus recorridos por comunidades se dan cuenta que hay pobreza, existen necesidades básicas como mejorar la red hidráulica, drenaje, ampliar red eléctrica, pavimentación, banquetas, o de plano requieren mantenimiento.

Resulta que todos los candidatos sea del partido que sea buscan eliminar la corrupción, por ejemplo, pero ninguno de ellos, ni uno solo, ha hecho público su informe 3de3 para saber cuánto dinero ha acumulado en su paso por algún cargo de la administración púbica o quienes buscan la reelección en el Congreso de Tlaxcala.

Es decir, no se sabe con cuánto dinero entran y con cuánto dinero sale cada uno de los 25 diputados al finalizar el periodo de tres años por el cuál fueron electos.

Los actuales candidatos a diputados locales mantienen un serio desconocimiento no solo de su distrito, sino que en materia legislativa desconocen el número de artículos que contiene la Constitución de Tlaxcala, del proceso legislativo, y sobre todo de las tres funciones que tiene un diputado: legislar, gestionar, y fiscalizar.

A casi 11 días de 30 de la etapa de campañas, de todos los candidatos ni uno solo no han planteado, por ejemplo, realizar un análisis a las 112 leyes secundarias para actualizarlas y que estas sean eficaces; abrogar las que ya se encuentran inoperantes, y crear nuevas para regular la dinámica social como una Ley de matrimonios igualitarios.

Por el contrario, nuestros flamantes candidatos andan por las calles endulzando los oídos proponiendo obra pública, aumentar dinero para los beneficiarios de los programas asistenciales, por ejemplo.

Es muy simple, para los candidatos es más fácil prometer que cumplir, en época electoral prometer no empobrece.