Cultura de sacrificio
24 de julio - 2017

Ranulfo Rojas Bretón

Hay quienes con toda ingenuidad le creen a la publicidad y se convierten en esclavos de la misma, es más dejan sus problemas en manos de otros, en manos de la suerte, no por nada han aumentado los números en los cuales te piden que mandes mensaje y te mandarán fórmulas, para que te vaya bien e incluso te ofrecen mantenerte tranquilo y sin estrés. Últimamente han aparecido pseudo religiones que contratan espacios en televisión y radio para publicitarse como aquellos que te harán una vida placentera y abusando de la ignorancia, la necesidad, la buena fe, o lo que quieran, ofrecen sesiones, curaciones del alma, en los que los incautos dejar su dinero. Recientemente el periódico ha servido como canal para comercializar agua del Jordán, estrellas, cédulas, rosa de los milagros, y muchas cosas más que algunas organizaciones religiosas de dudosa procedencia han puesto en el mercado aprovechando el deseo de obtener bienestar y prosperidad. Verdaderos especialistas en mover las emociones y los sentimientos que hacen que la razón se obnubile y quedan expuestos a ser víctimas de charlatanes que les permiten catarsis y provocan psicosis colectiva para aprovecharse de estos buscadores de ilusiones y fantasías.

Ante esto que sucede en el mundo, el anuncio del sacrificio como valor se pierde y se presenta como algo ya pasado de moda, medieval dicen algunos, y sin embargo, la realidad que es más maestra que muchos libros nos enseña que el sacrificio es uno de los grandes valores y además una condición básica para una vida feliz. Sólo podremos valorar en su justo nivel las cosas que se hacen a base de sacrificios. El alumno que tiene la opción de copiar y sacar un diez y prefiere ponerse a estudiar y con ese sacrificio saca ocho, disfruta más ese ocho que el diez obtenido sin el esfuerzo de horas de estudio. El joven que conquista a su novia a base de muchos intentos y esfuerzos, disfruta mucho más que aquel que no tuvo nada que hacer para andar con alguien. La persona que como fruto de su ahorro y de años de sacrificios logra tener su casa, la disfruta más que aquel que simplemente se la heredaron. Aquel que tiene un negocio que comenzó desde abajo y lo hizo crecer goza más que aquel que no tuvo que hacer nada para lograrlo. Así podríamos ir viendo en nuestra vida cuáles cosas son las que más valoramos y descubriremos sin mucho esfuerzo que son aquellas que nos exigieron más trabajo.

Podrá no gustarnos pero el sacrifico es fundamental en la vida y es importantísimo el que nos vayamos educando en la cultura del sacrificio. Estar conscientes de que las cosas no son fáciles y mucho menos aquellas que valen más la pena. A veces vemos a personajes que brillan y pensamos que no les costó ser lo que son y tener lo que tienen y vaya sorpresa que nos llevamos al conocer su historia pues nos muestran todas las carencias que tuvieron que pasar. Hay pintores que su fama se dio después de muertos pues en vida incluso tuvieron que cambiar sus obras por comida. Estos personajes que de verdad valen la pena, porque no nacieron con lo que tienen sino que lo han tenido como fruto de su esfuerzo y de sacrificios algunos extremos, se convierten en nuestros modelos y de manera especial los anunciadores de que el sacrificio tiene vigencia y es insustituible. Nadie que quiera ser grande, que quiera tener logros importantes lo puede hacer sin sacrificios ni privaciones.