Marcando diferencia
20 de febrero - 2017

Por Ranulfo Rojas Bretón

“Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿Qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”. Estas palabras de Jesús en el evangelio son contundentes, Jesús nos pide busca la perfección y nos pone como modelo al Padre celestial. El modelo por supuesto que es inalcanzable y por eso se convierte en el gran ideal del creyente: intentar día a día ser un poco más perfecto que ayer. Cierto que somos un “saco de imperfecciones”, tenemos actitudes erróneas, comportamientos erróneos, decisiones erróneas pero de que podemos corregir y mejora cada día no cabe la menor duda.

Hacer cosas extraordinarias para ir perfeccionándonos no significa hacer cosas sobrenaturales sino simplemente no hacer lo que “ordinariamente” la gente hace. Habrán escuchado que se dijo: “ojo por ojo y diente por diente”, es la famosa ley del Talión o la incipiente aplicación de la justicia del código de Hammurabi, que pide ser equitativo en el daño o en el premio. La propuesta “extraordinaria” de Jesús rompe el principio de equidad y pide “no responder con lo mismo que se ha sufrido” así que para Jesús lo extraordinario será que si te ofenden, tú no ofendas sino que bendigas. Si te agreden tú no respondas a la agresión, si te odian, tú responde con amor. En realidad la propuesta no es nada sencilla en su ejercicio, porque significa no responder al odio con odio, ni a la ofensa con ofensa sino responder como no se espera, por eso dice: Ama a tus enemigos, haz el bien a quien te hace el mal.

Lo extraordinario en la propuesta de Jesús trasciende las actitudes con las que normalmente vivimos y nos pide: “marcar la diferencia”, ¿tú por qué vas a ser como los demás?, ¿tú por qué vas a hacer como los demás? Ejemplos de “cosas diferentes” o “actitudes diferentes” las hemos visto en muchas personas. El Mahatma Gandhi respondió con su propuesta de “No violencia” como camino para la independencia de la India, cuando se pensaba que el único camino era el de la lucha armada. Ciertamente tardó mucho y recibió ofensas y agresiones, incluso tuvo la tentación de optar por el camino violento y sin embargo, se mantuvo en su propuesta.

Se puede pensar que respuestas de este tipo solo son dadas por personajes de “otro mundo” como Juan Pablo II, la madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela, Martin Luther King, entre otros, pero la vida ordinaria nos enseña que hay mucha gente que se esfuerza en no guardar odio ni rencores contra quienes les hacen daño. Que hay quienes se esfuerzan en pagar con moneda diferente ante las acciones y actitudes de las personas ofensivas, agresivas o tóxicas con las que conviven. Personas “ordinarias” que deciden respetar a quienes no los respetan en muchos centros de trabajo; personas que a pesar de no recibir ayuda cuando lo requieren, siempre están dispuestas a servir y lo hacen con un gran corazón.

Personas “extraordinarias” conviviendo, compartiendo, sirviendo, apoyando, tratado de ofrecer sonrisas y cariño a pesar de no recibirlo las podemos encontrar entre las gentes que conocemos. Son esas piedras preciosas que Dios nos regala y que si las aprovechamos se convierten en una gran enseñanza; son bendiciones que Dios nos ofrece y que a veces con su labor callada, muchas veces incomprendida y hasta criticada, nos siguen enseñando que los valores siguen existiendo y que no importa que a veces haya oscuridad, la luz que proyectan son la caricia de Dios a esta humanidad tan necesitada de amor.