Su fallida maniobra chapulinesca les cobró factura a las senadoras Adriana Dávila, Lorena Cuéllar y Martha Palafox. ¿En verdad era necesario en el Congreso local un mecanismo electrónico de más de 1 millón de pesos? Lo único que sabe hacer la sempiterna presidenta de la Cruz Roja, Martha Sesín Rosas, es quejarse

Por Edgardo Cabrera

Su fallida maniobra chapulinesca les cobró factura a las senadoras Adriana Dávila, Lorena Cuéllar y Martha Palafox.

La ambición política de escalar a otra posición política sin aún concluir su actual encargo las relegó en el ranking nacional de legisladores.

En la medición general de Propulsar por medio del #PlenoCiudadano la panista Dávila Fernández ocupa el lugar 116, la perredista Cuéllar Cisneros se encuentra en la posición 187, y la petista-morena Palafox Gutiérrez en la posición 374 de un universo global de 628 legisladores federales, considerando senadores y diputados.

Ya veremos si remontan posiciones en los próximos 2 años que les quedan en el cargo, seguro que sí, ya que el trío no ceja en sus ambiciones políticas.

Mientras que en la medición correspondiente solamente a julio pasado, las suplentes Amelia Torres López del PAN y Alejandra Roldán Benítez del PRD ocuparon el lugar 399, lo que evidencia que simplemente se dedicaron a calentarles el asiento a Dávila y Cuéllar, ¡lástima!

Inflado

En eso de las tareas legislativas, vergonzoso es lo que ocurre en la administración de los recursos del Congreso; ahora sabemos que determinaron gastar algo así como 1.2 millones de pesos para implementar las votaciones electrónicas de los diputados para las sesiones del Pleno.

El sistema es una mala y absurda imitación del sistema que se ocupa en el Congreso de la Unión, con la gran diferencia de que allá existe un universo de 500 diputados en la Cámara Baja y 128 en la Alta, por lo que contar las manos levantadas resulta imposible y poco certero.

Pero aquí, nuestros diputados apenas llegan a 32 en este momento, para la próxima legislatura sólo serán 25, de ahí que nos preguntamos ¿en verdad era necesario un mecanismo electrónico de más de 1 millón de pesos?

Aún peor, resulta que la votación electrónica no está legislada, la normatividad interna solo considera las “económicas, por cédula y nominales”, de ahí que el nuevo método permanezca inoperante para evitar cualquier controversia legal.

Al absurdo gasto anterior hay que sumarle aquella inflada contratación de un sistema de transmisión “supuestamente en vivo y en línea” de las sesiones, el cual medio sirve ya que opera con graves deficiencias.

Quejumbrosa

Lo único que sabe hacer la sempiterna presidenta de la Cruz Roja, Martha Sesín Rosas, es quejarse, no hay donaciones ni apoyos que le alcancen para hacer autofinanciable esa noble institución en Tlaxcala.

Cada año se queja de lo mismo, pero también cada año el gobierno estatal, los municipios y la iniciativa privada le dan una buena tajada económica o le donan ambulancias, aún así, siempre dice estar en números rojos y ahora hasta con escases de voluntarios.

Lo cierto es que a la Cruz Roja le urge una re oxigenación, por salud de la institución la señora presidenta debe separarse del cargo y dejar a alguien con nuevas ideas y más ganas de trabajar.

En todos los años que lleva Martha Sesín al frente de la institución simplemente la hemos visto como chivo en cristalería, apareciendo en las páginas de sociales para obtener “prestigio de dama altruista” a costa de lloriqueos y súplicas, eso sí, nunca ha transparentado las finanzas.

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