Por Edgardo Cabrera

Hay que ser muy desvergonzado o de plano amnésico como para erigirse como paladín de la democracia, redentor de la política y defensor de oficio de algunos morenistas excluidos de las candidaturas.

Resulta que el senador en funciones que busca la reelección y negado a pedir licencia para hacer campaña, el fin de semana trató de sorprender a incautos y extraños de la capital del estado cuando en una reunión con las estructuras de la ex aspirante a la alcaldía, Katy Valenzuela, se aventó una joya, propia de aquellos apolillados políticos del pasado, y con tal de quedar bien.

El miembro de la oligarquía del pasado y presente, a quien por cierto solo se ve en el estado cuando quiere algo de los tlaxcaltecas, llamó a la militancia de su partido a que “exija y defienda sus derechos, así como a organizarse”, todo con tal de quedar bien con la ex secretaria del ayuntamiento que le organizó una reunión politiquera, y sin importar golpear al virtual candidato, Alfonso Sánchez García.  

Don Álvarez Lima olvida convenientemente que es producto de las imposiciones, del pasado cuando fue priísta salinista acomodado como gobernador, y del presente, cuando en dos ocasiones fue beneficiado de la candidatura al senado relegando a morenistas fundadores y decenas de ilusos que se inscribieron en los procesos internos, invirtieron en sus precampañas para ganar posicionamiento en encuestas y al final fueron timados, dándole paso a quien carece de trabajo legislativo e incluso abandonó la curul para integrarse al gabinete de AMLO, luego se vio obligado a regresar porque su suplente murió en la pandemia por Covid-19.

Ese llamado de exigir y defender derechos a los morenistas, convenientemente, no aplicó en su imposición para saciar su ambición reeleccionista, que no es a favor del pueblo, sino de la jugosa beca por seis años más de levantar el dedo y calentar el asiento.

ENTRE DOS

Luego de que el ITE finalmente aprobara el registro de los candidatos a diputados locales de seis partidos, favoreciendo al bloque oficialista conformado por Morena y sus cinco aliados rémoras, la contienda en el distrito 7 de la capital del estado parece, en este momento, reducirse solo a dos, la abanderada del Movimiento de Regeneración Nacional, Madaí Pérez, y el de Movimiento Ciudadano, Agustín Bretón.

Y es que, entre los damnificados, a estas alturas ya no sabemos si por las burradas de su partido, o por una actuación dolosa del organismo, está el priísta Héctor Martínez “Panu” quien recurrió a tribunales en espera de revertir la determinación del Instituto Tlaxcalteca de Elecciones, pero mientras son peras o manzanas, lo cierto es que, ante la incertidumbre, le restan posibilidades de hacer acuerdos o reuniones de cara a la campaña.

El vacío de la oposición es capitalizado por Movimiento Ciudadano que trae detrás a operadores panistas, priístas y perredistas que abandonaron esos barcos, entre ellos Ernesto Ordoñez y Santiago Sesín, de ahí que no pierdan de vista el nombre de Agustín Bretón y Sandra Aguilar, candidata suplente e inscrita en el primer lugar de la lista plurinominal al Congreso del estado.