Por José Luis Ahuactzin

Una familia que circulaba por la carretera federal México – Zacatepec, entre Huamantla y Apizaco, a plena luz del día, fue asaltada a punta de pistola por un sujeto solitario sin que el número de emergencia 911 del gobierno lorenista atendiera el llamado de urgencia.

‘… Es una lástima que en el estado tan tranquilo que éramos y que dicen que somos, pasen estás cosas; es grande el miedo que se siente en esos momentos (del robo) y después la respuesta de que no se puede hacer nada…’.

De acuerdo con los hechos, al filo de las 14:30 horas, la familia regresaba del municipio de Huamantla y, a la altura de San Andrés Ahuashuatepec, Tzompantepec, cerca del Libramiento de Apizaco, su vehículo sufrió una avería que los obligó a hacer alto total a la altura de la construcción de un motel abandonado, pero sobre el acotamiento.

Tras descender de la unidad el piloto y copiloto para investigar qué ocurría a la unidad, un sujeto solitario se acercó a preguntar qué ocurrió, pidió agua y unas monedas, y de momento sacó una arma de fuego y apuntó a los tripulantes.

Acto seguido, tras pedirle que se calmara y evitar una tragedia, el sujeto realizó disparos al aire para amagar a la familia y despojarlos de sus pertenencias, entre ellas, equipos de telefonía celular, billeteras, dinero en efectivo y las llaves de su unidad que no fueron entregadas.

Tras cometerse el asalto, el sujeto huyó hacia la construcción del motel abandonado amagando con realizar disparos por si era perseguido por las víctimas.

Tras ser asaltados, hermanos, cuñada, sobrinas, padres discapacitados, subieron a la unidad y, pese a la descompostura, pudieron salir del lugar y ponerse a salvo en una zona mayormente transitada.

Una vez que lograron resguardarse, realizaron una llamada al 911 para que los auxilie y justo en el momento, una patrulla de la entonces Policía Federal, ahora Guardia Nacional (GN) que circulaba por la zona no se detuvo y el servicio de emergencias solicitaba a las víctimas mayor información de lo que ocurrió.

‘… A lo que la del 911 nos dijo que si nos íbamos del lugar era por decisión nuestra, que ella ya no mandaría a nadie y ya no podrían hacer nada por nosotros, pero pues no nos podríamos exponer más y más por las personas que llevamos…’.

Pese a que Tlaxcala es el estado más seguro del país, la familia resultó ilesa, pero despojada de sus pertenencias y amagada con detonaciones de arma de fuego.