Por Edgardo Cabrera

Las gobernadoras y gobernadores de Morena no niegan la cruz de su parroquia, a la gran mayoría, como a la de Tlaxcala, les corre por sus venas sangre priísta, a ella por partida doble, sus dos abuelos fueron mandatarios bajo el cobijo de ese partido y así las familias Cuéllar y Cisneros amasaron sus fortunas.

Resulta que fieles a su formación y de manera anacrónica se han dedicado a firmar cuanto desplegado les redactan desde el partido oficial por indicaciones de Palacio Nacional, todos para respaldar al presidente López Obrador, atacar a la oposición y avalar acciones presidenciales que resultan polémicas o cuestionadas.

En el más reciente pronunciamiento, la mandamás defendió la distribución de los nuevos libros de texto para educación básica, los cuales han sido severamente cuestionados por académicos y partidos de oposición, al considerarlos plagados de errores de contenido y hasta ortográficos, pero también, porque aseguran que algunos capítulos están enfocados al “adoctrinamiento” basado en la ideología del régimen actual.  

Resulta también condenable que mientras Tlaxcala se desmorona ante las crecientes protestas sociales y de trabajadores (la semana pasada tuvimos la Marcha Por Tlaxcala que reunió a alrededor de 20 mil personas) ahora los alcaldes fueron contagiados con la desplegatitis como recurso desesperado para tratar de ganar el apoyo de la opinión pública.

JODIDOS, PERO…

La mandamás no cesa en su empecinamiento de promover a costa del erario el negocio caprichoso del voleibol playero, y donde acude presume una falsa realidad, oculta la inconformidad social y la pobreza que no ha logrado disminuir en sus casi dos años de administración, con todo y que estamos entre las entidades con mayores apoyos asistencialista de la federación. 

No lo decimos nosotros, ni solo Marcelo Ebrad, como cuando vino, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022, que elabora el INEGI, Tlaxcala es el estado del país con el menor ingreso trimestral en los hogares urbanos, el peor, sí, mientras la sede del Campeonato Mundial del Voleibol obtiene en promedio 46 mil pesos por familia, en Baja California Sur la percepción es de más de 93 mil pesos. (ingreso_inegi.jpg)

Según el estudio, el ingreso trimestral de las familias tlaxcaltecas es de 46 mil 849 pesos, incluso por debajo de entidades que se pensaría tienen mayores niveles de pobreza como Guerrero, ahí el ingreso es de 48 mil 196 pesos, Chiapas con 49 mil 086, Veracruzcon 51 mil 823 y Puebla con 55 mil 006 pesos; la media nacional fue de 69 mil 846 pesos trimestrales.

En la escala nacional, por si fuera poco, ocupamos el peldaño número 10 entre los estados con los ingresos más bajos en los hogares rurales, ahí el ingreso trimestral es de 44 mil 100 pesos, es decir, apenas 7 mil 350 pesos quincenales.

Mientras que el Coneval desnudó la realidad que oculta la Triste Historia al revelar que Tlaxcala y el Estado de México son las únicas entidades que reportaron un incremento en el porcentaje de población pobre, la primera de 1.6, mientras que la segunda de 1.1, aún así tuvieron el descaro de “presumir” la semana pasada esos datos diciendo que bajaron el “número de pobres” en “sólo un año”.