¿Cómo en Dinamarca?
22 de junio - 2023

Por Mauricio Hernández Olaiz

Luego de que la gobernadora Lorena Cuéllar acudiera a la mañanera  presidencial a dar un informe de la situación que guarda el programa IMSS-bienestar en el estado, además de firmar el convenio con el gobierno federal para, “legalmente”, poner en operación este programa que se encargará de administrar y operar hospitales y centros de salud en la entidad, mucho me sorprendí de lo  bien que está Tlaxcala en materia de salud, según la mandataria.

Por supuesto que dicho discurso no está apegado a la realidad, la gobernadora seguramente describió los servicios de salud al interior de su burbuja, de su paraíso personal, un lugar a años luz del Tlaxcala de todos nosotros.

Pero los servicios de salud de Tlaxcala, no son muy distintos a los que describió el gobernador  de Baja California Sur, Víctor Manuel Castro Cosío, en esa  misma mañanera, en pocas palabras, dijo, son un desastre.

Pero todo México está igual, el proyecto del presidente López Obrador de hacer de los servicios de salud algo similar a Dinamarca, no solo ha sido un sueño, sino uno muy guajiro.

El daño más grande que le ha hecho el actual presidente a la nación, ha sido sin duda, en el sector salud, así lo veo, así lo siento y así lo viví.

El daño que le ha hecho la cuarta transformación a la salud de todos los mexicanos, probablemente verá sus cifras más lamentables muy pronto. El presidente se metió con la salud y por tanto con la vida de los mexicanos. Primero desapareció el seguro popular para  dar entrada al INSABI, que resultó ser todo un fracaso, por lo que las mayorías morenistas en el congreso votaron recientemente para su desaparición,  queriendo así enterrar en el olvido un programa que de entrada dejó de realizar más de 40 millones de consultas externas, más de 7.5 millones de consultas de alta especialidad, 1.3 millones de mastografías, 1.6 millones de papanicolaous, 15 millones de mexicanos declararon dejar de tener un sistema de salud, provocando que el gasto en el bolsillo de los mexicanos en salud se incrementó un 40 por ciento.*

Para un servidor lo más doloroso fue que el INSABI dejó de apoyar a las fundaciones especialistas en cáncer de mama, una de ellas el FUCAM, provocando que miles de mujeres quedaran sin el resguardo especializado en su lucha contra el mal.

Aunque el gobierno aseguró que todas podrían seguir sus tratamientos en los centros de salud del gobierno, la realidad es que no todas fueron atendidas, y las que sí, muy por debajo de la atención que recibían antes. Fue pasar, precisamente, de un sistema de salud como en Dinamarca al del México de López Obrador.

El martes 25 de Abril se oficializó el fracaso de la política de salud de este gobierno. La desaparición del Insabi confirmó lo que diversos expertos le dijeron al presidente en la transición del 2018: reemplazar el Seguro Popular  sin un plan concreto y con presupuesto para ofrecer servicios de salud a la población sin derechohabiencia era un error garrafal. Lo fue.

Ese día se sepultó al INSABI junto a cientos de mujeres que fallecieron por el cáncer de mama. Al ya no recibir servicios de salud de calidad, al ya no haber medicamentos especializados, al no tener especialistas capacitados, muchas pagaron las consecuencias de un berrinche, de una necedad. Una de ellas fue mi esposa, los resultados de desaparecer el Seguro Popular y reemplazarlo por un bodrio como el Insabi no dejaron espacio a dudas y millones de mexicanos también pagaron las consecuencias.

El escuchar a la gobernadora decir tantas mentiras en la mañanera sobre la salud en Tlaxcala, debo reconocer me generó mucho coraje. Hablar con tal desparpajo de servicios que no existen, me hizo recordar cómo mi esposa debió andar de un lado para otro para atender su mal, y como quedamos a la deriva con la llegada del INSABI, porque en este estado nadie atiene a las mujeres con cáncer de mama.

Del coraje pase a la tristeza, pues las mentiras de la gobernadora solo me permitieron pensar en tantos y tantas tlaxcaltecas que hoy tienen que estar viviendo una realidad de salud en el estado que no se apega ni tantito a lo presumido por la jefa del ejecutivo, entiendo su situación y lamento lo que viven.

Si el INSABI fue un fracaso, ¿Qué nos depara el IMSS-Bienestar?, pienso que nada bueno, nada mejor. El nuevo parche del IMSS-Bienestar, a cinco años de gobierno y sin los recursos necesarios, no va a ser como la salud en Dinamarca sino tal vez como en Timbuktú.

@olaizmau

*(datos del financiero)

Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento de Gentetlx”