Por Edgardo Cabrera

Este fin de semana los panistas dejaron en claro porqué no ganan elecciones, no solo cuando compiten por el gobierno estatal, sino en la mayoría de los comicios fracasan, ahí está su representación en alcaldías (solo tienen tres), distritos locales (ninguno) y federales (cero), su presencia en el ámbito legislativo se remite a pluris. 

El problema en la panadería es su insaciable sed de venganza interna, la revancha entre los que se fueron y los que llegan, son como perros y gastos, con todo respeto a esas mascotas.

Resulta que el viernes los nuevos dirigentes citaron al Consejo Estatal, el objetivo principal era conformar la Comisión Permanente, sin embargo, de los 80 que tenían que acudir, solamente una veintena se presentó, extraoficialmente se sabe que 23, la dirigencia estatal no precisó el dato y, por el contrario, más bien lanzaron una ofensiva contra sus ex adversarios en la competencia por el Comité estatal.

En un comunicado de prensa, acusaron a los “adrianistas” de boicotear y condicionar las firmas de asistencia a la sesión, dijeron que “a cambio de espacios”.

En respuesta el grupo antagónico sostuvo que no hubo quórum y que se tomaron decisiones fuera de la legalidad, una de ellas, integraron la Comisión Permanente, de ahí que ya demandaron la destitución de la dirigencia que encabeza Miriam Martínez y Carlos Quiroz, para darle paso a una delegación.   

Ahí la llevan, seguro piensan que “ese nuevo PAN”, el de las patadas en las espinillas y los insultos en redes sociales ganará las próximas elecciones.

LO VERDADERO IMPORTANTE

Y mientras siguen en el regateo de los bolillos, las teleras, cuernos y chilindrinas, de su panadería, de lo que pasa afuera, de lo que realmente importa a los tlaxcaltecas, no dicen nada.

A los albiazules les comió la lengua el ratón, no se inmutan por la evidencia pública y notoria de los contratos leoninos que celebra el actual gobierno estatal y donde los flamantes funcionarios se otorgan millones de pesos del erario para prestar algunos servicios como el de transporte.

Los resultados ahí están: un trabajador de la educación muerto, docentes lesionadas, un evidente conflicto de intereses por mantener en el cargo a un empresario transportista al frente de la dirección del transporte de la Secretaría de Movilidad, el mismo que se benefició del contrato para prestar el servicio del programa “Primero los Maestros”.

De todo lo anterior, los azules agachan la cabeza, se hacen los distraídos, les resulta más cómodo pelearse entre ellos por las migajas de pan. 

Tampoco hablan de la hipocresía de algunos de sus militantes, que aún siendo dirigentes se sumaron al gobierno de Morena y están en esa nómina, de eso, ni pío, al contrario.