CUENTA REGRESIVA
26 de agosto - 2020

Por Edgardo Cabrera

Los interesados en participar en la elección del 2021 que ocupan un puesto público están en una encrucijada, deben decidir entre agotar los plazos legales o atender las advertencias presidenciales para que se separen del cargo. A quién le harán caso, ¿a la ley, o al presidente más poderoso en la historia de México.

Resulta que para la totalidad de los y las suspirantes pasó de noche la advertencia que hizo la semana pasada el presidente López Obrador desde Querétaro.

Andrés Manuel les advirtió que no permitirá que ningún funcionario o servidor público utilice el presupuesto y los bienes públicos para favorecerse en una elección.

De manera particular, al referirse a los empleados del gobierno federal la indicación fue clara: “deben renunciar y deslindarse del gobierno una vez que comiencen los procesos electorales”.

Aunque también embarró al resto de los gobiernos estatales y municipales cuando enfatizó que de enterarse de la injerencia de dichas autoridades en el proceso electoral serán denunciados.

Ello significa que entre septiembre y noviembre deberán estar dejando sus encargos, considerando que el proceso federal arranca el 6 de septiembre, mientras que el local el 29 de noviembre de acuerdo con el plazo fijado por el ITE.

De ahí que, por ejemplo, Lorena Cuéllar, la eterna suspirante a la gubernatura y coordinadora de los programas sociales federales, tendrá que desalojar la oficina, ya veremos qué cuentas entrega porque también, en su caso, pronto saldrá a relucir un diagnóstico de su desempeño al frente de la delegación. 

En busca de seguir colgándose de los recursos públicos para su promoción, trasciende que planea regresar a la diputación federal que abandonó para venir a la delegación, dejando así libre a su suplente, Claudia Pérez, para consolidar su candidatura por la capital.

Pero no es la única, en esa misma oficina de campaña, llamada del Bienestar, otros tantos empleados y funcionarios de niveles medios tendrán que separarse ya que fueron encandilados por la señora para buscar un puesto de representación popular, varios sueñan con ser diputados locales y federales, otros más alcaldes.

¿Y LOS ALCALDES Y FUNCIONARIOS?

En el ámbito municipal y estatal la cosa es igual, de no querer sufrir los embates presidenciales, deben ir preparando su salida varios ediles, empezando, por ejemplo, con la priísta Anabell Ávalos, rankeada dentro de su partido como la mejor calificada para competir por la gubernatura.

En Apizaco, Julio Hernández va que vuela para ser candidato a la diputación federal por el primer distrito, en su caso, considerando que el proceso inicia en septiembre, tendría que apresurar su licencia, lo mismo ocurre con el de Zacatelco, Tomás Orea, nombrado como aspirante por el tercer distrito federal.

Ahí no acaba la cosa, otra larga lista de alcaldes se enfilan también a la contienda por un escaño local, entre ellos los de Tlaxco, Tetla, Yauhquemehcan, Tzompantepec, Xicohtzinco, Quilehtla, Tepeyanco, Totolac, Panotla, en fin, la lista es larga de quienes al cierre del año tendrían que estar saliendo.

En materia de funcionarios, el número es aún mayor, en el gabinete de Marco Mena son decenas los nombres que se mencionan en el primero y segundo nivel, en cuanto secretarios anoten en la lista al de Educación, Florentino Domínguez; Turismo, Anabell Alvarado; Sedeco, Jorge Luis Vázquez; Secte, José Luis Ramírez; y Sefoa, Arnulfo Arévalo.

Se agregan también el presidente del Patronato de Feria, Toño Carvajal; Sepuede, Manuel Camacho; la particular, Eladia Torres; de Cecyte, Teodardo Muñoz; de la UPTX, Enrique Padilla; más los que se acumulen en los próximos tres meses.

LA GUADAÑA

La advertencia de la guadaña presidencial frente al proceso electoral, también abarca a los gobernadores, de ahí que, aunque estén tentados a intervenir, la realidad será distinta si es que quieren llevar la fiesta en paz.

De ahí que las próximas semanas serán de definiciones, entre los que querrán participar y aquellos que pretenden seguir pegados a la ubre del erario público. De intentar financiar y saciar ambiciones personales, sobre todos los opositores a Morena, se toparán con pared.

A colación de esto, vaya incógnita a la que se enfrentarán los legisladores, de ellos aún no habla López Obrador, habrá que esperar su postura en materia de reelección, pero también de los tiempos electorales para quienes pretenden, principalmente los morenistas, hacer campaña sin pedir licencia. 

En marzo pasado, recordemos, la mayoría Morena en la Cámara de diputados aprobaron una reforma que les permite reelegirse hasta por cuatro ocasiones consecutivas, y hacer campaña sin separarse del cargo, a eso apuestan los del «cambio».