Los Pilatos
23 de octubre - 2017

Por Edgardo Cabrera

Luego de la recomendación que la CNDH emitió en contra del TSJE de Tlaxcala, ni el procurador Tito Cervantes Zepeda, ni el director jurídico Ramón Rafael Rodríguez, han pronunciado al más mínimo comentario.

Aunque quieran lavarse las manos los ahora relucientes funcionarios estatales, en el 2014 siendo magistrados avalaron la suspensión de la juez Juanita Munguía Herrera, acusada  por la presidenta de la Asociación “Alto al Secuestro”, Isabel Miranda de Wallace, de presuntamente liberar a delincuentes.

Recordemos que Tito fungía como presidente del TSJE y Ramón Rafael era el magistrado representante del poder Judicial ante el Consejo de la Judicatura, instancia donde se pasaron por el arco del triunfo el derecho de audiencia de Juanita y por sus pantalones la cesaron del cargo.

El asunto es que pese a los señalamiento de Miranda de Wallace, el Consejo de la judicatura encabezado por Tito nunca pudo documentarle su supuesta actuación ilegal en la liberación de presuntos secuestradores, tan es así que tuvieron que recular y reinstalar a la juez

Sin embargo Munguía no se quedó con los brazos cruzados y recurrió a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos que apenas el pasado 15 de septiembre emitió una recomendación en contra del poder Judicial por lo que ahora deberán ofrecerle una disculpa pública.

Y mientras el Tribunal Superior de Justicia del Estado alista el cumplimiento de la recomendación, tanto Tito como Ramón Rafael no solamente gozan de la impunidad, sino que seguirán disfrutando de su “hueso” político como funcionarios públicos.

Por si fuera poco

A colación del caso, la juez Juanita Munguía Herrera no solamente se quedará con la disculpa pública, sabemos que analiza agotar la vía legal para que le sea reparado el daño, para ser claros, que se le pague el daño moral causado.

Recordemos que durante la suspensión provisional del cargo, que en ese entonces era de juez de ejecución de sanciones penales, dejó de percibir sus ingresos y nunca le fueron reembolsados.

Salud!!!

De pena ajena fue lo que pasó el viernes en Apizaco en el evento taurino denominado “del campo a la plaza”.

Resulta que el señor de los dineros del ayuntamiento llegó en evidente estado de ebriedad y, cual cantina, haciéndose notar entre gritos, lo que provocó la incomodidad y el malestar de los asistentes que tuvimos que recetarnos el espectáculo alterno de dicho funcionario municipal.

No es la primera vez que el tesorero protagoniza escenas similares, nos cuentan sus compañeros de trabajo que desde la llegada de Cuapantécatl a la tesorería son recurrentes los convivios, con bebidas alcohólicas de por medio las cuales inexplicablemente son introducidas con plena impunidad a pesar de que por reglamento no lo pueden hacer.

Si al también ex diputado local le gustan las parrandas es su problema, lo que no se vale es que traslade sus vicios a su centro de trabajo o bien, como ocurrió el viernes, a un evento promocionado y organizado por el ayuntamiento donde se ofrece un ambiente familiar, sano y cultural.