Las Antípodas: Big Brother
26 de abril - 2017

Por Juan Manuel Cambrón Soria

“Lo más característico de la vida moderna no es su crueldad ni su inseguridad, sino sencillamente su vaciedad, su absoluta falta de contenido” George Orwell

Recomiendo ampliamente el famoso libro 1984 de George Orwell, el texto que no tiene desperdicio es una crítica profunda a los gobiernos totalitarios y a los intentos del sistema de querer controlar e invadir todos los aspectos de la vida del hombre. En el libro aparece el Big Brother (Gran Hermano), uno de los personajes centrales, una especie de ser omnipresente que todo lo ve, que infunde miedo en la población, porque se entera y sabe lo que todos hacen, con quién se reúnen, a dónde van y lo que planean, con la finalidad de evitar movimientos o intentonas de enfrentar o derrocar al propio sistema.

Por otro lado, en 2004 en los Estados Unidos apareció la hoy exitosa red social Facebook (creada por Mark Zuckerberg), que es ya sin duda un instrumento de comunicación global altamente eficiente, que conecta a las personas de diversas partes del mundo, que igual contribuye a ofertar servicios que a vender productos, y que incluso es cuasi indispensable en la implementación de campañas de segmentación de mercados políticos.

Entrelazo la novela y la red social, para plantear la tesis de que el Facebook es ya una variedad de Big Brother mundial, un mecanismo de vinculación que hemos permitido que invada prácticamente todas las esferas de la vida de las personas. Si quieres localizar a algún familiar o amigo de la infancia, seguro lo hallarás en Facebook; si deseas enterarte de las noticias recientes del mundo, seguro Facebook lo publicó; si pretendes exponer u ostentar tu vida privada, Facebook es el medio para la vanagloria; si intentas que una mentira se disemine rápidamente, Facebook te ayuda a destruir reputaciones.

La red social tiene una gran utilidad y es un gran desarrollo del hombre con aristas positivas, pero como todo gran invento, tiene su lado negativo cuando cae en las manos erróneas o cuando su uso no es el correcto.

Recientemente las redes han expuesto algunos aspectos de la vida privada de personas públicas; que, viajaron a París o Miami, que sí estuvieron en un parque de diversiones, o que si comieron en tal o cual restaurante; y cuando esto tiene que ver con actores políticamente expuestos, se presta a la suspicacia, al escarnio y a mostrar los aspectos más endebles de la doble moral que aún persiste en nuestra sociedad. Un personaje público, un empleado de gobierno, por el hecho de serlo ¿conculca su derecho a salir, a viajar, a buscar su desarrollo personal? Desde luego que no, pero se vuelve nota por el simple morbo de suponer que eso tiene un origen oscuro o tenebroso.

Hemos llegado al grado, de que los propios medios de comunicación, dejan de hacer su chamba y se limitan a navegar en internet, copiar fotos de face y escribir notas con un par de insultos y descalificaciones y a emitir juicios de valor, sin investigar, sin profundizar, sin hacer periodismo.

El Big Brother está en todos lados, nos acecha permanentemente, no importa a que te dediques o donde vivas, ya entró a tu casa, vive contigo e incluso, en este instante es muy probable que esté en tu mano o en un bolsillo…el Gran Hermano de hoy se llama Facebook y todos somos Winston Smith.

La cuenta

La inseguridad se sigue acumulando, la lista se engrosó esta semana con el feminicidio en Contla; la mujer golpeada en Tenancingo; y la aparición de cuerpos sin vida con signos de violencia en Totolac, Ixtacuixtla y Tenancingo, la cuenta va en 28 hechos violentos sin respuesta ¿hasta cuándo?