Entre Trumpadas y gasolinazos
4 de enero - 2017

Por Mauricio Hernández Olaiz 

La crisis del gasolinazo comenzó, en realidad, en el 2013, cuando se aprobó, a través de un acuerdo Partido Revolucionario Institucional-Partido de la Revolución Democrática, una Reforma Fiscal distinta a la que se había propuesto en los meses anteriores. Esta nueva reforma junto a la energética alimentó la necesidad de eliminar el subsidio a las gasolinas y además gravarles más impuesto para compensar la baja del petróleo y la mala recaudación fiscal.

Sin duda las anteriores no son medidas nada populares pero si necesarias para una nación que necesita compensar un déficit enorme y un endeudamiento interno a la alza, en otras palabras, esto ya se sabía que iba a pasar pero como siempre los mexicanos estamos más ocupados en miles de pendejadas y en el TV Notas. Todas las dizque protestas actuales por los incrementos de la gasolina, gas y luz, debieron ser en ese 2013, cuando con el pacto por México todos los mafiosos de los partidos se unieron para sacar adelante las reformas.

Si, en su momento hubo voces de alarma, de advertencia, de quienes manifestamos que en el 2017, con la liberación de los precios del combustible, México viviría un caos, una depresión económica y una alza inflacionaria de hasta el 6 por ciento, pero como esto se dijo en el 2013, cuando Peña era quien iba a salvar a México (según la revista TIME) todos; a lo Lady Wuuuu, manifestamos ídem…wuuuuu falta un chorro, de aquí al 2017 muchas cosas pueden pasar…..pues si, pasaron, pero no para revertir a aquellas voces que en su momento; me sumo, advertimos que serían un durísimo golpe a la economía familiar, aquellos que nos tacharon de agoreros del desastre, malas madre, demonios del mal hoy no tenemos más que ver con mucho escepticismo las tibias reacciones de una sociedad, que ni aunque está contra la pared, acaba por organizarse lo suficiente para arremeter contra el tirano gobierno.

Mientras un puñado de gente bloquea carreteras, otro tanto bloquea gasolineras, patadas de ahogado, eso no sirve de nada, si acaso solo funciona como tapadera para que, aquellos vividores no políticos (que también hay de sobra en el país), aprovechen estas “manifestaciones ciudadanas” para saquear tiendas y comercios y por ahí obtener gratis una pantallota. No, los cierres de calles, avenidas, en nada afectan a los responsables del hundimiento de la nación, ellos van por los aires en flamantes helicópteros, no sufren ni se acongojan por el cierre de vialidades, eso solo afecta a otros ciudadanos, que por necesidad o destino, no pueden involucrarse en la queja, al gobierno solo le preocuparía que las marchas fueran con 70 millones de mexicanos, no solo con 100 mil.

Hay maneras más simples y efectivas de generar real preocupación a las clases dominantes, ejemplos hay de sobra y muy efectivos en la historia, pero no la del mexicano, nosotros nos cocemos aparte, pero ahora es el mejor momento para demostrar que si podemos ser una sociedad organizada pese a mi total escepticismo.

Pero mientras la gasolina es nuestra pesadilla, del otro lado del futuro muro, el Trump nos está aplicando fuertes derechazos sin que nosotros movamos siquiera la quijada, especialmente el “golfo” de Peña Nieto (porque le gusta el golf ), si, Donald está haciendo lo que le corresponde, generar empleo en su nación, al le vale un cacahuate el desempleo en la nuestra, la gasolina y lo que se acumule en la semana, él está viendo por los intereses de la raza blanca dominante de los Estados Unidos.

Con la amenaza a la General Motors de un impuesto adicional a cada uno de sus vehículos fabricados en México que entren a la unión americana, la empresa Ford dio marcha atrás a su cacareada inversión de 1600 millones de dólares para construir una planta en el estado de San Luis Potosí, con ello perdiendo más de 700 empleos directos y 3700 indirectos en la zona, a cambio Donad Trump felicitó públicamente a la Ford por quedarse donde debe, en casa, en América. ¿Y el gobierno federal mexicano?, por lo menos el de San Luis ya adelantó que demandará a Ford por daños y perjuicios, y sobre todo, para que les restituya lo que el estado ya había invertido para recibir a la planta de fabricación de automóviles.

Con lo anterior está claro que la inversión extranjera deberá llegar de otras latitudes, pero ¿Hasta cuándo se fortalecerá, favorecerá y todo lo que acabe con á a la inversión local, a la mexicana, a los entrepreneurs de la tierra? Ideas, talento hay de sobra, lo que falta son apoyos, lo que sobran son trabas, pero se sigue esperanzados en la inversión foránea, pretextos para viajar de los mandatarios, nomás.

Pero a todo lo anterior….¿Cómo andamos en Tlaxcala?

Nuevo gobierno, nuevo congreso, nuevos ediles, todo muy nuevo, ¿pero?

Por el momento más vale reservarse el comentario, pese a que ya varios de los opinadores de esta tierra han manifestado algunas de sus posturas, prefiero aguardar por lo menos los 45 días que el Gobernador Mena ha dado como plazo para la primera evaluación de su Gobernanza*, antes solo serían palabras de resentidos o quejumbrosos, ardidos o desesperados.

*El término gobernanza es una palabra de reciente creación y difusión que se ha acuñado con la misión de denominar a la eficacia, la calidad y la satisfactoria orientación de un estado, hecho que le atribuye a éste una buena parte de su legitimidad, puesto en otras palabras, sería algo así como una «nueva forma de gobernar», que promueve un nuevo modo de gestión de los asuntos públicos, fundamentado en la participación de la sociedad civil a todos sus niveles: nacional, local, internacional y regional.