El Mártir
7 de septiembre - 2016

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Aunque Julio Álvarez gusta martirizarse, en los hechos ha demostrado que es poco confiable por eso no fue extraña su derrota en la elección; por cierto que hace poco más de 1 año se dijo víctima de la prensa. Quienes han encabezado el Comité de Administración, todos sin excepción, han hecho lo que han querido con el presupuesto del poder legislativo

Por Edgardo Cabrera

Aunque Julio Álvarez gusta martirizarse, en los hechos ha demostrado que es poco confiable, por lo que no resulta extraño que no fuera el verdadero proyecto de Vicente Hernández Roldán para sucederlo en la presidencia municipal de Calpulalpan.

Recordemos que hace poco más de 1 año, el bonachón diputado panista se dijo víctima de la prensa luego de que salió a relucir que se encontraba su tío entre la veintena de parientes y amigos metidos a la nómina del Congreso y sindicalizados.

Aquella ocasión retó a que le comprobaran el abuso de su cargo para desplazar a decenas de trabajadores que por años han tramitado su basificación –pero que se les ha negado- con tal de favorecer a Ángel Adelfo Álvarez García.

Hoy, con la copia de la nómina del poder legislativo correspondiente al año 2015, se comprueba que el panista mintió.

Ahora bien, regresando al tema electoral, allegados al edil de Calpulalpan nos aseguran que en el pasado proceso comicial fue su mentor quien decidió darle la espalda.

Y es que sólo bastaron de 2 años en la diputación y hacerlo candidato a la alcaldía para conocerlo realmente.

Fue tanta la desconfianza que calcularon que de convertirse en el sucesor le daría un puntapié a Vicente Hernández e intentaría apropiarse de su grupo político.

De ahí que el alcalde –de quien hay que reconocerle su habilidad política- tolerara que otros 2 miembros de su equipo le entraran a la elección, uno por el PES y el otro por el Panal, dividiendo sus votos y cargando la balanza del lado del hoy edil electo Neptali Gutiérrez Juárez, arropado no sólo por el adrianismo, sino por el propio Hernández Roldán.

Cómplices

Quienes han encabezado el Comité de Administración, todos sin excepción, han hecho lo que han querido con el presupuesto del poder legislativo, principalmente para satisfacer intereses de facción o personales.

Quizá se salva el perredista Santiago Sesín, y eso porque no tuvo más tiempo ya que fue depuesto de la presidencia y en su lugar colocada su correligionaria Eréndira Jiménez quien, con todo y su discurso de la defensa de las causas sociales y del respeto a la norma, fue quien consumó la basificación del primer grupo de recomendados, en diciembre del año 2014.

En 2015, el priísta Javier Vázquez Sánchez cumplió cabalmente con su papel de tapadera y ocultó la información pese a que la contratación de parientes transgrede la fracción 18 del artículo 59 de la ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos que estable que se deben abstener “de intervenir o participar en la selección, nombramiento, designación, contratación, promoción, suspensión, remoción, cese o sanción de cualquier servidor público cuando tenga interés personal, familiar o de negocios”.

Ahora en 2016, el panista Ángelo Gutiérrez no canta mal las rancheras, de hecho, sobre él pesan acusaciones de sus propios homólogos no sólo de enriquecimiento (para muestra su camioneta de lujo con un costo cercano al millón de pesos), sino que aseguran que el legislador ha manejado de forma discrecional los recursos del erario, amén de que también se ventiló la supuesta basificación de más recomendados, algo que aún no se ha podido comprobar dado que la nómina del poder legislativo de este año no se nos ha proporcionado pese a que ya se solicitó.

Por ello no extraña que las finanzas del poder legislativo sean un secreto de estado, esperemos que sus sucesores no caigan en las mismas prácticas, algo que, por cierto, es mucho pedir.

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