La alegría del amor
11 de abril - 2016

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Pbro. Ranulfo Rojas Bretón

Mejor forma no pudo encontrar el Papa Francisco para referirse al matrimonio y a la familia, así lo hizo en su reciente Exhortación Apostólica con lo que responde a tantas inquietudes reflejadas en años de trabajo expresados en los dos Sínodos recientes.

De por sí el Papa ha gustado marcar su pontificado con el signo de la alegría. Así lo hizo en su Exhortación Apostólica (Evangelii Gaudium) “La alegría del Evangelio” y de manera especial en su modo de ser y de actuar, el Papa frecuentemente se muestra feliz, sonriente y no es raro escucharlo en sonora carcajada. Algo que ha impactado a todo mundo porque se presenta muy relax, tranquilo, gozando lo que hace no importando que sus jornadas de trabajo sean extensas y extenuantes, no olvidar que se trata de alguien que ya ronda los 80 años.

Así que al referirse al matrimonio y a la familia, la mejor forma de proyectar su doctrina es precisamente desde la alegría. Vivir el matrimonio y vivir en familia con alegría es la nota característica que ha mostrado en sus catequesis, mensajes y homilías. Gozar la pareja, gozar a los hijos, gozar al esposo, a la esposa, a los abuelos, a la familia extensa, gozar es la palabra clave y quien goza lo manifiesta con una actitud alegre. puede haber alguien que viva problemas económicos, laborales, de salud, tensiones con vecinos e incluso tensiones dentro de la misma familia, pero eso, desde la perspectiva del Papa no debe provocar fracturas, más bien debe provocar esfuerzos de mayor unidad, esfuerzos por agruparse para resistir mejor los embates del entorno.

Las familias que más unidas se muestran en los momentos alegres, son familias que también se muestran unidas en los momentos de dificultades y son las familias que con más facilidad salen airosas en los conflictos que enfrentan, porque ¿quién no se levanta más fácil de un problema, de una pérdida, de una crisis cuando tiene junto a sí familiares que lo apoyan incondicionalmente? ¿Quiénes no recurrimos a la familia cuando tenemos un enfermo en casa, o un difunto, o cuando hacemos una fiesta de XV años, una boda, o cualquier celebración? ¿No la mayoría de padrinos en nuestras fiestas son precisamente nuestros familiares? ¿Acaso no los mismos compadrazgos en México pasan a la categoría de familiares de grado?

Dice el Papa que a pesar de la problemática que se vive, aún hay en deseo de hacer familia, de vivir en familia y eso sin duda es una de las grandes cosas que aún tenemos y que no solo debemos agradecer y valorar, según yo, debemos disfrutar y gozar. Cierto es que en cada hay familia hay quien no lo entiende y se dedica a hacer sufrir a la familia, sea por incapacidad, por negligencia, por malicia o por ignorancia, pero, ni así se debe perder la alegría de vivir en familia.

Algo que ya sabemos y que el Papa no ha dejado de repetir, es que “no hay familia perfecta, ni hay papá perfecto, ni mamá perfecta, ni esposo perfecto, ni esposa perfecta, ni hijos perfectos, obvio, bromea el Papa, tampoco hay suegra perfecta”, por eso el matrimonio y la familia son “tareas artesanales” es decir, depende de cada uno y no hay recetas que sirvan para todas las familias, porque cada cabeza es un mundo, cada miembro de familia es un “microcosmos” y por eso cada familia se va “haciendo” de manera muy particular como si se tratara de un tejido artesanal.

La familia puede ser como es, pero nunca deja de ser una bendición y eso ya es de agradecer. Pocas veces nos damos la oportunidad de agradecer a papá y mamá por todo lo que nos han dado, por sus enseñanzas, por sus correcciones, por los zapes, nalgadas, pellizcos, jalones de orejas, chanclazos que nos dieron, sin ellos no seríamos los que ahora somos. Darnos la oportunidad de agradecer a los hermanos que nos enseñaron a compartir, con los que gozamos, sufrimos, reímos, lloramos, peleamos, pero que al final íbamos a dormir con la seguridad de estar protegidos, de estar juntos ahí en casa. Upss de pronto me salieron las ganas de decirle a Dios: ¡Gracias buen Padre por la familia que me diste!