Pbro. Ranulfo Rojas Bretón

Con la fiesta llamada de “La Candelaria” o de “La Purificación de la Virgen María” o litúrgicamente de “La presentación de Jesús” se cierra el ciclo de fiestas de navidad. Así se cumple el rito por el cual toda mujer que dé a luz debe guardar cuarentena y luego ya presentarse al templo, así lo dice el Levítico en su capítulo 12 versículos del 1 al 8: “Yahveh habló a Moisés y dijo: Habla a los israelitas y diles: Cuando una mujer conciba y tenga un hijo varón, quedará impura durante siete días; será impura como en el tiempo de sus reglas. Al octavo día será circuncidado el niño en la carne de su prepucio; pero ella permanecerá todavía 33 días purificándose de su sangre. No tocará ninguna cosa santa ni irá al santuario hasta cumplirse los días de su purificación. Mas si da a luz una niña, durante dos semanas será impura, como en el tiempo de sus reglas, y permanecerá 66 días más purificándose de su sangre. Al cumplirse los días de su purificación, sea por niño o niña, presentará al sacerdote, a la entrada de la Tienda del Encuentro, un cordero de un año como holocausto, y un pichón o una tórtola como sacrificio por el pecado. El sacerdote lo ofrecerá ante Yahveh, haciendo expiación por ella, y quedará purificada del flujo de su sangre. Esta es la ley referente a la mujer que da a luz a un niño o una niña. Mas si a ella no le alcanza para presentar una res menor, tome dos tórtolas o dos pichones, uno como holocausto y otro como sacrificio por el pecado; y el sacerdote hará expiación por ella y quedará pura”.

Al tratarse de una fiesta de fecundidad, el 2 de febrero se convirtió en una fiesta agrícola; así que a propósito de la fecundidad de María nuestra madre, se pide a Dios que por intercesión de María haga fecunda la tierra y reciba las semillas del ciclo agrícola, por eso en los ambientes rurales, se lleva una canasta con semillas de diferentes plantas para que se bendigan y al ser sembradas, a semejanza de la fecundidad de la Virgen, también la tierra sea fecunda. Sin embargo, la fiesta no elimina los signos de la recién “aliviada” pues como signo se conserva la planta que en ambientes rurales era clave en la purificación de la mujer, “el romero” con el que se preparaba el agua que serviría para “bañar” y “apretar” a la mujer recién aliviada, esto se hacía tradicionalmente en el baño de temazcal , además de romero se utilizaban otras yerbas como el espinocillo, la rama de pirúl, esto, según los usos regionales pero el romero no faltaba, por eso en la canasta que se lleva a misa, junto con las semillas se coloca la rama de romero.

Otro elemento propio de esta fiesta es la cera, esto por la referencia de Cristo como la luz y como la Virgen fue la que nos trajo al mundo la luz se le comenzó a llamar la Virgen de la candelaria, entendiendo por candela la luz, así que la cera que se lleva en la canasta tiene el significado asociado a Jesucristo Luz del mundo.

La fiesta ha puesto más el énfasis al significado de la Presentación de Jesús en el Templo, dice el Evangelio de Lucas que Jesús fue llevado al templo y ahí el anciano Simeón lo bendijo y hablo de que “este niño ha sido puesto para ruina y gloria de muchos en Israel y como signo de contradicción”. También la anciana Ana “daba gloria a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén”. Ahora es más común en todos los ambientes sea urbano o rural el llevar al presentar al niño al templo y para eso vestirlo. Así que se despliega mucha creatividad según las advocaciones de los llamados “niños Dios”, el Niño Doctor, el Niño de las Palomas, el de las lágrimas, y muchas advocaciones –modos de llamar- que existen. Lo recomendable es vestir al niño con ropa blanca o con una advocación del Niño Dios, por tanto infantil y no de un Jesús adulto y por supuesto no vestirlos de santos, de ángeles, de obispos, de Papa, menos de superhéroes o toreros, futbolistas, etc. y de acuerdo al uso popular, quien “sacó muñeco” tendrá que pagar y mientras, todos a disfrutar los tamales y el atole.