En la integración de los comités municipales del PRD algunos viejos lobos de mar han mostrado que lo suyo es la política de las cavernas, esa del garrote y las mentadas de madre. A un año de que fracasara su movimiento, la síndico de Natívitas equivocadamente quiere regresar a la escena subiendo al ring al auditor superior

Por Edgardo Cabrera

En la integración de los comités municipales del PRD algunos viejos lobos de mar han mostrado que lo suyo es la política de las cavernas, esa del garrote y las mentadas de madre.

En Contla, Ubaldo Lander y Alejandro Martínez, que se supone eran aliados, estuvieron a punto de liarse a golpes.

Los gritos se podían escuchar a lo lejos y los insultos alentaron a sus huestes a subirse al terreno de las ofensas.

Testigos del hecho, nos dan cuenta que los ánimos se caldearon de tal manera que los grupos que respaldan a ambos personajes iban decididos a todo, le apostaban a la violencia.

En Tzompatempec las cosas no fueron mejores, ahí de plano se tuvo que suspender el proceso ya que estallaron las pasiones, se liaron a golpes y dicen –no nos consta- que hasta armas de fuego por ahí aparecieron.

Lo cierto es que el alcalde Víctor Castro López es un personaje que está dispuesto a defender a sangre y fuego el control del perredismo en su jurisdicción, en el pasado, en alianza con Cristóbal Luna, detonó una trifulca contra otro grupo que le trastocó sus intereses.

Ahora el edil se peleó con Cristóbal, ya no se pueden ver ni en pintura, por ello durante el consejo en el que pretendían nombrar a la nueva dirigencia municipal llegaron a los manotazos.

Y mientras los viejos liderazgos amarillos se ponen el pie entre ellos y llevan la competencia al terreno de los sombrerazos, las tribus aliadas a Manuel Cambrón les volvieron a comer el mandado, se apropiaron de la mayoría de los comités municipales con lo que fortalecen su plan de imponer a Lorena Cuéllar como candidata a la gubernatura y, además, alcanzar una mayoría en la nominación de aspirantes para el 2016.

Incongruente

La síndico de Natívitas, Carolina Vázquez Galicia, pretende sorprender a la opinión pública y a los diputados, luego de que acudió al Congreso en busca de reflectores para denunciar un supuesto condicionamiento por parte del OFS y del alcalde para validar la cuenta pública.

Lo cierto es que la funcionaria ha utilizado el tema de la fiscalización como moneda de cambio desde que llegó a la administración para tratar de sacar dividendos.

Por ello Vázquez Galicia perdió adeptos. Recordemos que primero quería imponer a su progenitora como tesorera, luego a los presidentes de comunidad les ofreció asignarles un salario adicional para sus esposas, emplear a familiares de regidores en el ayuntamiento, incrementarle el sueldo al cabildo, en fin… miles de promesas que nunca pudo cumplir.

A un año de que fracasara su movimiento quiere regresar a la escena subiendo al ring al auditor superior.

Lo cierto es que a la fecha no ha firmado ninguna cuenta pública por una simple razón, nunca se le ve por la alcaldía, pero eso sí, puntualmente cobra su quincena y dicen que quiere ser candidata a diputada.

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