Política y poder, asunto de machos
2 de marzo - 2015

 

Por Edgardo Cabrera

Aunque Tlaxcala es de los pocos estados del país con el antecedente de una mujer gobernadora, y pese a que la mayor parte de la población corresponde a este género, tal parece que en pleno siglo XXI la clase política estatal se resiste ha ceder el poder a las féminas.

Basta revisar los números en el Congreso local y en los Ayuntamientos donde se encuentran los representantes y autoridades electas.

De los 32 escaños existentes, sólo 9 son para mujeres, es decir, 28 por ciento del total.

Por si fuera poca la inequitativa proporción, las legisladoras se encuentran excluidas de la representación de la Soberanía o de sus bancadas.

De los 9 partidos, sólo 1 tiene a mujer como representante, el Socialista, y eso porque no le queda de otra, es la única diputada que tiene dicho instituto político.

Los otros 8 grupos parlamentarios excluyeron a sus mujeres, por lo que no es exagerado sostener que el actual es un Congreso que privilegia a los varones en la toma de decisiones.

Por partidos, el PRI es el instituto que tiene el mayor número de mujeres en su fracción parlamentaria: de los 9 diputados que la componen 4 son del sexo femenino.

El PAN, la segunda fuerza política, de sus 7 legisladores sólo 1 es mujer.

En el PRD que tiene 5 diputados, únicamente 1 es fémina.

El Verde Ecologista cuenta con 3 diputados, 2 son hombres y 1 mujer; en Alianza Ciudadana son 2 legisladores y 1 es del sexo femenino.

En el Partido Nueva Alianza, sus 2 escaños son de varones, al igual que en el Movimiento Ciudadano que cuenta con 2 diputados. El PT tiene 1 legislador y el PS 1 diputada.

Gráfica

 

Mientras que en los ayuntamientos, de 60, sólo 2 tienen a una alcaldesa: Nanacamilpa y Emiliano Zapata.

En las dirigencias estatales de los partidos las cosas no son diferentes, de los 12 con registro estatal (incluidos los 3 de nueva creación) únicamente el PS tiene a una mujer al frente, la ex senadora Rosalía Peredo quien, por cierto, no hace vida política en la entidad.

Un estudio presentado el año pasado por la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) es demoledor: las mujeres tienen mayores dificultades para acceder a posiciones de poder, lo que implica que muchas decisiones tomadas en Tlaxcala reflejan las preferencias de los hombres.

Lo más preocupante del caso es que aunque accedan a posiciones de poder son relegadas en la toma de decisiones.

Basta revisar lo que ha ocurrido en las actuales administraciones municipales, pese a que 88 por ciento de las sindicaturas las ocupan mujeres, la mayoría enfrenta exclusión o conflicto con sus alcaldes, de ahí el enorme rezago en la entrega de cuentas públicas.

El denominado diagnóstico sobre la equidad de género en el sector público del estado de Tlaxcala, elaborado en ocasión del Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), develó además que en la entidad se sigue a cabalidad el equivocado concepto del “sexo débil” dado que este sector no tiene las mismas oportunidades laborales ni de desarrollo profesional.

Con base en los datos recabados por la CEDH, se revela la prevalencia de los hombres en los altos mandos. Mientras que en la titularidad de los organismos autónomos, la mayoría recae en personas del sexo masculino, excepto en el caso del Instituto Electoral de Tlaxcala que es presidido por una mujer.

En algunos casos, cuando las mujeres ocupan cargos de poder, son relegadas en dependencias que manejan bajos presupuestos y con poco personal, en contraste, el personal operativo recae en este género.

Los datos

Según los resultados del Censo de Población y Vivienda 2010, elaborado por el INEGI, la población total del estado de Tlaxcala sumó 1 millón 169 mil 936 habitantes, de los cuales 604 mil 161 fueron mujeres y 565 mil 775 hombres.

Mientras que el número de hogares ascendía a 272 mil 507, de los cuales 61 mil 514 los encabezaron personas del sexo femenino y 210 mil 993 masculinos.

Del diagnóstico sobre la equidad de género en el sector público del estado de Tlaxcala se desprende que en el Poder Ejecutivo, en 28 dependencias, laboran 3 mil 524 hombres (64%) y mil 960 mujeres (36%).

Con relación al personal de confianza, el Poder Legislativo reporta a 10 hombres (56%) y 8 mujeres (44%); en tanto que el personal de base suma 28 hombres (32%) y 60 mujeres (68%); en el de honorarios figuran 21 hombres (51%) y 20 mujeres (49%).

En el Poder Judicial de los 9 magistrados existentes, 7 son hombres (78%) y sólo 2 mujeres (22%), adicional al juzgador supernumerario.

En lo referente a los juzgados, 12 son encabezados por hombres e igual cantidad por mujeres. En estos mismos laboran 18 personas del sexo masculino (41%) y 26 del femenino (59%); en tanto que como proyectistas figuran sólo un hombre y una mujer.

De manera detallada en los 60 ayuntamientos 70% los integran hombres y 30% mujeres, entre presidentes municipales, síndicos y regidores.

En lo referente a las 299 presidencias de comunidad, incluidas en el reporte obtenido por la CEDH, 95% son encabezadas por un hombre y sólo 5% por mujeres.

Conclusión

Si bien en una primera interpretación podríamos asegurar que la clase política excluye a las mujeres de los puestos de poder, no hay que perder de vista que los ciudadanos tienen buena parte de culpa al no permitir el empoderamiento del sexo femenino.

Así quedó reflejado en los últimos comicios estatales cuando los tlaxcaltecas se inclinaron en su mayoría por varones para encabezar los ayuntamientos. Sólo 2 mujeres conquistaron la mayoría de los votos.

En el caso del Congreso, de los 19 distritos que se disputaron en el año 2013 sólo 5 los ganaron mujeres y 4 escaños más los alcanzaron por la vía de la representación proporcional.

Con dichas cifras, ¿los tlaxcaltecas querrán llevar de nuevo a una mujer a la gubernatura en 2016?

Para las elecciones federales de junio próximo ¿cuántas mujeres podrán alcanzar una curul?, veremos.