Desenlace
16 de febrero - 2015

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Pese a sus intentos desesperados, Víctor Job y sus sirenos nada pudieron hacer para tirar el acuerdo del PRD; fueron confirmados Ernestina, Santiago y Tomás. Todo indica que Adriana entendió que los acarreados –como ocurrió con Lorena y las decenas de camiones que le puso Tomás Orea- no son garantía de triunfo ni de votos

Por Edgardo Cabrera

En el PRD no hubo vuelta de hoja, el Pleno del IX Consejo Nacional con carácter electivo aprobó un bloque de 161 candidatos a diputados federales de mayoría donde se incluyeron los nombres de los tlaxcaltecas Ernestina Ramírez Ortiz en el I, Santiago Sesín en el II y Tomás Orea en el III.

Pese a sus intentos desesperados, el ex rector de la UAT, Víctor Job Paredes, y sus sirenos, nada pudieron hacer para tirar el acuerdo que ya se había planchado con anterioridad.

De igual forma se confirmó que para el caso de Tlaxcala no existirá alianza con el PT, por lo que se tiró por borda el rumor mañosamente propagado por Silvano Garay.

Ahora los petistas deberán rascarse con sus propias garras para la elección de junio en la que, por cierto, corren el riesgo de perder su registro ante el pobre abanico de candidatos que se anticipa.

Con las nuevas reglas electorales ninguno de los aspirantes que se hayan inscrito en los procesos internos y que no fueron nominados candidatos podrán participar en la constitucional bajo las siglas de otros partido.

Por lo que ni Job Paredes, ni el camelón Carvajal o cualquiera otro podrá chaquetear. Ahora deberán esperar nuevas oportunidades de figurar hasta el próximo proceso electoral o bien apoyar otros proyectos.

Lo anterior aplica no sólo para los perredistas, sino para todos aquellos precandidatos de otras fuerzas. No hay que perder de vista a aquellos que no se inscribieron y que aún son mencionados como aspirantes.

Los cristianos del PES, el Humanista y los eternos cacha resentidos (Movimiento Ciudadano, Verde y PT) están por presentarlos.

Músculo

Parece que los asesores de Adriana Dávila no han equivocado el camino en su estrategia y ayer en el informe de la panista mostraron el músculo de la virtual aspirante a la gubernatura.

Contrario a lo realizado por Lorena Cuéllar, quien prefirió subir al templete y rodearse de personajes nacionales haciendo menos a los suyos (a esos que sí votan e influyen en los tlaxcaltecas), la apizaquense le dio prioridad a los liderazgos locales.

Formaditos estuvieron 11 alcaldes, entre ellos Francisco Román, Felipe Morales, Vicente Hernández y Valentín Gutiérrez, llamaron la atención los maderistas Jorge Luis Vázquez, Miguel Ángel Polvo, Alejandro Aguilar, y Pedro Tecuapacho.

También acudió prácticamente la totalidad de la bancada del PAN en el Congreso local, con excepción de Humberto Macías.

Por supuesto, también alineados estaban los precandidatos adrianistas a diputados federales y el dirigente estatal Carlos Carreón.

Algo queda claro, Adriana entendió que los acarreados –como ocurrió con Lorena y las decenas de camiones que le puso Tomás Orea- no son garantía de triunfo ni de votos.

Si quiere ser candidata en 2016 la senadora avanza con el pie derecho al convocar a la mayoría de panistas, incluso al admitir que tanto Alejandro Aguilar como Adolfo Escobar también tienen posibilidades de competirle por la gubernatura.

Cierto, le faltaron las diputadas federales Aurora Aguilar y Leonor Romero, con quienes obligadamente debe dejar atrás las broncas y rencores.

Divididos, como ocurre en el PRD, son presa fácil para el siguiente año. De avanzar en los acuerdos internos y en la construcción de alianzas con otras fuerzas tienen amplías posibilidades de ser competitivos.

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