Enésima Derrota
23 de mayo - 2014

Por Jorge Alfredo Montes De Oca

El nivel político de la Senadora Dávila Fernández salió a flote el pasado domingo en la elección interna de su partido. Ésta, su enésima derrota ahora corrió a cargo de sus compañeros de partido, de lucha, de ideales. Por eso le ha sido más dolorosa y difícil de asimilar.

Bajo su perspectiva, los resultados en Tlaxcala son atribuibles a diversos factores y circunstancias que en su dicho, la excluyen de la catástrofe electoral de la causa  Calderonista-Corderista.

A diferencia de su compañera de partido, la Diputada Federal Leonor Romero quien en una actitud madura y democrática salió de manera inmediata a reconocer la derrota, ofrecer su trabajo y extender la mano al equipo de Gustavo Madero, Dávila Fernández culpó al Gobernador Poblano Rafael Moreno Valle y a las prácticas “antidemocráticas” de “algunas gentes” (sic) de los resultados en las urnas.

Bajo la óptica de la Senadora, lo que en el PAN de allá se ve mal, en su PAN se ve bien y viceversa. Por eso acusó al Gobernador Moreno Valle de entrometerse en el proceso de Tlaxcala, cuando ella misma viajó a diversos estados de la república con el mismo propósito.

En círculos panistas y en redes sociales la conclusión es que la factura que le pasaron a Cordero en Tlaxcala fue en buena medida resultado del hartazgo de gritos, sombrerazos, pleitos y divisiones provocados por el equipo comandado por Dávila Fernández.

¿Qué pasó en Tlaxcala?

La lógica apuntaba que Ernesto Cordero tendría posibilidades de triunfo en Tlaxcala; al menos así lo hacían pensar sus constantes visitas el estado en apoyo a los entonces candidatos a las alcaldías y diputaciones locales, pero…

Pero a la hora de la verdad, los presidentes municipales y diputados identificados como adrianìstas fallaron. Simularon y bajaron la guardia. La historia se repitió en Zacatelco, Calpulalpan, Yauhquemehcan, Tetla, Tlaxco y Apizaco por citar algunos en donde la Senadora tendría marcada influencia sostenida en el permanente apoyo que a su causa invariablemente les había brindado.

En Apizaco, no fueron recíprocos ni agradecidos con el grupo de senadores, que encabezados por Ernesto Cordero ayudaron de manera absoluta durante la larga y tormentosa defensa en tribunales. Hasta una marcha “del silencio” hicieron para en la capital.

Dos días después de la elección, sin empacho alguno, felicitaron ampliamente a través de diversos medios a Gustavo Madero.

Ahora, el espectro del PAN en Tlaxcala se concentra en Aurora Aguilar Rodríguez, Adolfo Escobar Jardínez y Alejandro Aguilar López. De mantener la unidad, no solo ganarán con holgura la dirigencia estatal sino que tendrán mano en la asignación de candidatos a diputaciones federales y en automático a la candidatura al gobierno del estado.

Los políticos pueden perder espacios, perder elecciones y posiciones; pero cuando pierden piso, pierden todo.