Por Mauricio Hernández Olaiz

El pasado mes de agosto, pese a la petición de algunas organizaciones civiles, Tlaxcala evitó la declaratoria de alerta de violencia de género, luego de que el gobierno federal consideró que las acciones emprendidas por la autoridad estatal fueron suficientes para revertir las condiciones de violencia contra las mujeres. El asesinato de Jazmín Contreras López, de tan solo 19 años, sin duda obliga a replantear que tanto los esfuerzos del estado son suficientes y necesarios para evitar casos tan lamentables como la de esta joven mujer.

Los antecedentes del homicidio de Jazmín, cargado de una enorme misoginia, de un odio atroz al empoderamiento de la mujer, nos obliga a reflexionar que tan positivo y realista es que nuestro estado no declare la alerta de género.

No es noticia de la mala fama que Tlaxcala tiene con motivo de la trata de personas, de la cuna de lenones de Tenancingo, los años pasan y esta poderosa mafia no parece debilitarse, pese a algunos golpes de la autoridad, motivo por el cual organizaciones encargadas de la lucha contra la violencia de género no dudan en poner siempre al estado con focos rojos, preocupadas por la trata de niñas y mujeres y amparadas en los estudios que nos ponen como la gran cuna de la explotación de mujeres.

El homicidio de Jazmín a manos de dos de sus subalternos, quienes no tuvieron empacho en reconocer abiertamente el odio hacia su jefa; puede ser un reflejo preocupante del sentir generalizado en un sector específico de la sociedad Tlaxcalteca. Pese a los esfuerzos reiterados de reconocer la importancia, valor y desempeño de la mujer tlaxcalteca, no podemos obviar que en algunos sectores, incluso hasta por simples usos y costumbres, la mujer está en una posición de enorme desventaja y hasta en situación de alto riesgo de violencia física y psicológica en su propio entorno.

Por supuesto la noticia ha sido de relevancia para los medios más grandes y de mayor circulación en el país, incluso algunos extranjeros también dieron a conocer esta triste noticia, hasta con video incluido.

Es precisamente ese video, en donde se puede ver como agreden a la joven de solo 19 años, en la tienda de telas donde laboraban, el que nos pone los pelos de punta y nos obliga a reflexionar y a solicitar un replanteamiento de la estrategia.

Pese a los esfuerzos del gobernador Mena, quien en su corta administración ha inaugurado distintos espacios, como el centro de justicia para las mujeres, y ha manifestado que una de sus banderas es la de lograr la igualdad de género y el derecho de la mujer , la corta visión de su área de prensa ha impedido que este tipo de información trascienda, en cambio el asesinato de Jazmín corrió como pólvora, dejando de lado los esfuerzos del mandatario y manteniendo a Tlaxcala con su calificativo de machos y tratantes.

Insisto, los esfuerzos del ejecutivo son loables, pero queda de manifiesto que se deben redoblar esfuerzos para poder, primero que nada erradicar la violencia contra la mujer y posteriormente limpiar la imagen de un estado que representa mucho más que malas noticias.

Ciertamente no ha sido un año positivo para Tlaxcala en materia de noticias y percepción a nivel nacional desde la mentada nota de las escaleras eléctricas. El Bullying mediático nos ha pegado duro y el trending topic de asuntos; que no necesariamente han sido nuestra culpa, han circulado por todos lados haciendo escarnio de nuestra querida tierra.

Del caso Mara Fernanda se pudo demostrar que la culpa era poblana, otro estado al que ya se le exige la declaratoria de alerta de género, pese a ello la gente externa al estado sigue asegurando que el chofer era de Tlaxcala y hasta de Tenancingo, la poca penetración de los medios locales es incapaz de desterrar de la mente del colectivo, la información que medios nacionales le imprimen y amarillean en sus notas, pero el de Jazmín hay que reconocerlo, aceptarlo y combatirlo.

En los hogares no se puede, ni debe, seguir criando bajo la consigna de la superioridad del macho, no solo es retrógrada sino hasta insultante, las estrategias de igualdad de género deben ser más agresivas, las instancias de procuración de justicia más eficientes y expeditas (despierta Tito), ya no solo en la violencia intrafamiliar, sino en todos y cada uno de los delitos y abuso contra la mujer.

Finalmente hoy Tlaxcala no tiene una alerta de género, pero mientras siga la mata dando, incluso con algunos no reconocidos feminicidios, de poco importará, ya que la percepción nacional e internacional nos seguirá encasillando como los machos, lenones Tlaxcaltecas, algo que no es ni cercanamente cierto, pero que si tenemos a esas semillas podridas que siguen echando raíces ante la impasividad de la sociedad.

Se vienen tiempos electorales en la tierra, los políticos se desgañitan para ocupar una candidatura, los partidos se alinean en coaliciones, veamos quienes tienen los pantalones para hacer de la lucha contra la trata, la equidad e igualdad de género y los derechos de la mujer una bandera verdadera y comprometida y no solo una cortina de humo populista y electorera.

Habrá que estar atentos…

@olaizmau