Viento en popa
6 de junio - 2017

Adriana Dávila no se equivocó de bando, tras el domingo electoral, avanzó en su proyecto al 2018. En contraste, los promotores de Margarita de Calderón y el poblano Moreno recibieron un duro golpe por sus enloquecidos gallos. Nos enteramos que los diputados se encuentran de nuevo entre la espada y la pared en eso de la CEDH

Por Edgardo Cabrera

Parece que Adriana Dávila no se equivocó de bando, y luego de los resultados de la elección del domingo en 4 entidades, quedó claro que llueva, truene o relampaguee Ricardo Anaya será el candidato del PAN a la Presidencia de la República.

Pero también la apizaquense avanzó en su proyecto de cara a 2018 ya que al mantenerse del lado del dirigente nacional tiene casi en la bolsa varias candidaturas, para empezar, la diputación pluri, pero seguramente llevará mano para palomear la fórmula al Senado donde Juan Corral será impulsado como primer lugar, y parece que Guadalupe Sánchez será su compañera.

Y es que tanto Adriana como Corral fueron de los pocos tlaxcaltecas que se solidarizaron con Josefina Vázquez Mota y fueron a los bastiones priístas a hacer proselitismo y destinar recursos para tratar de posicionar a la candidata palomeada por Anaya.

Algo que, por ejemplo, no hizo la diputada plurinominal por el Edomex, la cachirul y tlaxcalteca Minerva Hernández, que abandonó a Chepina a su suerte.

En tanto que la diputada local Guadalupe Sánchez ha ganado bonos luego de convertirse en la única azul en el Congreso local que –pese al quemón- metió las manos al fuego por los ex alcaldes que enfrentan graves observaciones en su cuenta pública: los adrianistas Vicente Hernández de Calpulalpan, Francisco Román de Zacatelco y Jorge Rivera de Tlaxco, por citar sólo los peores.

Entre las patas

En el saldo de la elección del domingo, Ricardo Anaya sumó a su récord dos estrellitas más, una de oro con la gubernatura de Nayarit y otra de plata con la mayoría de las alcaldías de Veracruz, además de que sigue en la pelea de Coahuila.

Ante ello y desesperados, Rafael Moreno Valle y Margarita Zavala salieron la mañana del lunes a descalificar al dirigente nacional, le regatearon los dos triunfos y lo crucificaron por la derrota en el Estado de México y Coahuila, pero se quedaron solos, dentro del PAN los líderes no los secundaron, por el contrario cerraron filas empezando por el veracruzano Miguel Ángel Yunes.

Es claro que Margarita de Calderón y el poblano Moreno remarán contracorriente de cara a las definiciones en Acción Nacional, pero también sus promotores en Tlaxcala recibieron un golpe con lo que están en riesgo sus aspiraciones, hablamos de los hermanitos reigual Gutiérrez y la ex diputada federal Aurora Aguilar.

El de los bonos

A horas de que salgan los nombres del próximo titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y de su Consejo Consultivo, nos enteramos que los diputados se encuentran de nueva cuenta entre la espada y la pared.

Resulta que de los aspirantes, hay algunos que gozan de capacidad y conocimientos para el cargo, sin embargo no tienen el consenso de los partidos mayoritarios representados en el Congreso local.

Y hay otros cuyo empecinamiento de algunos diputados por imponerlos ha puesto en riesgo una eventual impugnación al no reunir ni el perfil, ni los conocimientos, amén de que no gozan de buenos antecedentes.

Tal es el caso de Francisco Santillán, ex miembro del Consejo Consultivo que en 2014, y pese a la negativa del entonces ombudsman, se autorizó el pago de un bono de 4 mil pesos quincenales así como de gastos de telefonía celular, pasándose por el arco del triunfo el cargo honorífico.

Después de 23 mil pesos ejercidos la ley le dio la razón al presidente del organismo, se le cerró la llave a Santillán y al resto de los consejeros, al tiempo que se les ordenó devolver el recurso, algo que no hizo y desde esa fecha abandonó sus funciones como consejero.

Ahora, impulsado por el lorenismo, recordemos que fue secretario del Ayuntamiento de Cuéllar, mueve sus hilos en busca de ser palomeado.