Por Edgardo Cabrera

Muy lejos quedó aquel 10 de diciembre del año 2024 cuando la gobernadora Lorena Cuéllar acusó a su ex correligionario priísta, Mariano González Zarur, de atentar en su contra por medio de “personas armadas”, lo dijo, y está grabado en el programa de la conductora de espectáculos Mónica Garza.

Fue un escándalo, el aludido escondió la cabeza, ya la había sacado días antes en una entrevista en su estación de radio favorita en Apizaco. Los actores de aquella campaña, su primera por la gubernatura bajo las siglas del PRD, polemizaron sobre la veracidad del dicho, pero llegó la Navidad, Fin de Año, el informe, ¡en fin!, hubo mucha pirotecnia y el asunto se olvidó.  

Pero la semana pasada recordamos aquella grave acusación gracias al aniversario luctuoso de Emilio Sánchez Piedras, por cierto, no lo olvidemos, el mentor de la mayoría de la clase que detenta y ha detentado el poder en Tlaxcala, pero también, cuyo recuerdo termina por unirlos, son mazorcas de una misma milpa.

Lorena y Mariano, la víctima y su agresor, la oveja y el lobo feroz, los archi enemigos, se encontraron frente a frente, pero no hubo reproches, menos miradas esquivas o enfurecidas, cual chamacos priístas, al fin y al cabo, reitero, de la misma cuna política, se saludaron, intercambiaron sonrisas hipócritas, y el apapacho vino cuando la gobernadora destacó la presencia del ex gobernador en su discurso.   

Del atentado del que lo acusó ni una palabra, y tampoco hay que olvidar que en esa misma entrevista con la conductora especializada en temas del corazón, culpó a Mariano González de ponerle una barrera en su carrera (siendo ambos priístas), le reprochó su exclusión de apoyos (dinero) para gestión siendo ella diputada local y él gobernador, habló incluso de “un bloqueo total” para obstaculizar su ruta para ser senadora por el tricolor, fue cuando renunció y se fue al PRD, luego vendría el supuesto atentado del que lo acusó.

Seis meses después, pura palabrería, hay que decirlo, los políticos nunca pierden y las rivalidades no son eternas, duran solo una, dos, tres… elecciones. 

No olvidemos que la nuera de González Zarur y ex candidata a la gubernatura del Estado de México por el PRI, Alejandra del Moral, ya está del lado de Morena, su esposo, Marianito González, también renunció al tricolor y coquetea con los aliados de la 4T, principalmente con el Verde, en tanto que los Morenos de cepa, solamente mirando y presas de las ambiciones, rivalidades y reconciliaciones de la oligarquía de siempre que ya se alista para el 2027, ¿ustedes creen que perderán?

POR CIERTO

Mientras la base morena y sus liderazgos se rasgan las vestiduras con el cuento aquel del malvado régimen del prian, otro priísta que desde hace mucho está en sus filas y es fiel sirviente fue premiado, de nuevo, por sus servicios, se trata del ex gobernador Marco Mena, otro nacido en cuna oligárquica.

Resulta que aunque fue removido por Claudia Sheinbaum de la Lotería Nacional que le entregó AMLO en su momento como recompensa, la Cuarta Transformación le hizo justicia otra vez y recompensaron su traición del año 2021 con la propuesta del consulado de México en San Francisco California, Estados Unidos.