Tlaxcala se prepara para el invierno con bajas cifras de COVID-19, pero aún con retos sanitarios (Video)
25 de septiembre - 2024

Pese a un panorama alentador, la baja cobertura de vacunación y el riesgo de otras enfermedades

Por Stephany Rodríguez 

Mientras que Tlaxcala se mantiene entre los estados con una tasa relativamente baja de COVID-19, las cifras muestran que el reto sanitario continúa vigente. Según el último informe de la Secretaría de Salud, la entidad registra un 7.6 % de positividad en los casos de Enfermedad Tipo Influenza (ETI) e Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG), con 16 defunciones por COVID-19 hasta el momento. Si bien estas cifras parecen controladas en comparación con otros estados, el contexto nacional dibuja un panorama más complejo.

De acuerdo con los datos oficiales, a nivel nacional se han notificado 135,978 casos de ETI e IRAG, con una tasa de letalidad del 4.4 % debido a las 598 defunciones relacionadas con COVID-19. En comparación, estados como Ciudad de México y Estado de México presentan tasas de positividad de 9.7 % y 11.7 %, respectivamente, y un mayor número de decesos. Sin embargo, la situación de Tlaxcala, aunque controlada, no es ajena a la posibilidad de un repunte conforme avance la temporada invernal.

Aunque el secretario de Salud de Tlaxcala, Rigoberto Zamudio Meneses, anunció la llegada de 20,000 dosis de la vacuna contra COVID-19 y el inicio de una campaña de vacunación el 1 de octubre, resulta preocupante que esta medida se esté implementando a solo unos días de la temporada invernal. En un estado donde la positividad de los casos se ha mantenido constante, el tiempo es crucial. El retraso en la llegada de las vacunas puede exponer a los grupos más vulnerables, como menores de edad y personas adultas de 60 años y personas con enfermedades crónicas, al riesgo de complicaciones graves.

Además, la cifra de dosis disponibles parece insuficiente para cubrir a una población amplia en un estado que, si bien no es de los más grandes del país, enfrenta los mismos desafíos sanitarios que otras entidades. A esto se suma la coexistencia de otras enfermedades respiratorias, como la influenza, lo que podría poner presión adicional sobre el sistema de salud pública.