Por Edgardo Cabrera

Aunque prometieron una “nueva historia”, en los hechos, el control de vida partidista desde gobierno, es similar a la que se tuvo en los sexenios del PRI, PAN y PRD; la tentación de apoderarse de Morena la concretó el viernes Lorena Cuéllar.

Como en los tiempos del PRI, vía el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) se consumó la treta de imponer al ex regidor capitalino Víctor García Lozano, como delegado en funciones de presidente.

Lo mismo ocurrió en Baja California Sur, Ciudad de México, Coahuila, Estado de México, Sonora y Jalisco, entidades donde no existían dirigentes ante los problemas derivados de las disputas internas.

Para el caso nuestro, en octubre de 2019 fracasó un primer intento del lorenismo para apodarse del instituto, en aquella ocasión dos de las tres asambleas distritales fueron reventadas por medio de actos porriles; en el distrito II con cabecera en la capital, también pretendieron violentamente boicotear los trabajos para la renovación de la presidencia.

La única que no pudieron reventar los lorenistas fue precisamente la que se le encargó a García Lozano, quien comandó a un grupo de rijosos, entre ellos su padre y dueño del diario oficialista ABC, sin embargo, el grupo del hoy senador fallecido, Joel Molina, los contuvo.  

Dos años después, con el uso y abuso del poder del gobierno estatal, finalmente lograron arrebatar por la mala la dirigencia, con la promesa de que será ese delegado quien convoque a los trabajos para elegir al nuevo Comité Estatal, evidentemente y, por anticipado, sabemos de qué lado se cargarán.

De fracasar las asambleas, como en 2019, no habrá problema, incluso esa parece ser la apuesta, para mantener por tiempo indefinido a este personaje ligado, nos dicen los propios morenistas, con el secretario de gobierno y ex dirigente panista Sergio González.

Para recordar, cuando gobernaba Héctor Ortiz, entre la camarilla de albiazules que le abrieron las puertas al priísta en el PAN estaba precisamente Sergio, quienes pusieron al servicio del gobernador ese instituto, desde el poder afiliaron, pusieron candidatos, y hasta construyeron un nuevo edificio; parece que Morena vivirá la misma historia, al tiempo.

AFILIACIÓN

En eso de repetir las mismas prácticas, condenadas en el discurso por López Obrador y solamente contra sus adversarios políticos, ya hay quejas de militantes y fundadores del partido de Movimiento de Regeneración Nacional, porque con los recursos humanos y económicos del estado se ha iniciado una intensa campaña de afiliación. 

A quien señalan es precisamente al hoy delegado Víctor García.

En contraparte, algunos personajes como Osbaldo Meza Espinoza, vienen remando contracorriente para equilibrar la balanza y no perder lo único que tienen al momento, el partido, recordemos que, además, esos morenistas “puros” fueron relegados de cualquier posición de peso en el gobierno de Lorena Cuéllar. 

El grupo contrario al lorenismo pretende aglutinar a por lo menos 100 mil simpatizantes, ya veremos si a la hora de validarlos no se los anulan, esa treta, también es clásica de los partidos del viejo régimen.