Por Edgardo Cabrera

Con las maletas en la puerta y sus cajitas de archivero sobre el escritorio se encuentran tres secretarios estatales y dos directores que saldrán a la aventura política, quienes se convierten en las cartas del gobernador Marco Mena para ocupar posiciones en el Congreso local y dos alcaldías.

Se tratan de los secretarios de Turismo, Fomento Agropecuario y de Comunicaciones y Transportes, Anabel Alvarado, Arnulfo Arévalo y José Luis Ramírez Conde, respectivamente; así como el director del Instituto Tlaxcalteca de Cultura, Juan Antonio González Necoechea, y del Centro de Justicia para las Mujeres, Juana de Guadalupe Cruz Bustos.

Ramírez Conde va por la alcaldía de Apizaco bajo las siglas del PRI, luego de que se declarara desierta la convocatoria para el registro de aspirante pero, además, ante la caballada flaca que trae el PAN podría presumirse un acuerdo entre los partidos que conforman la coalición «Unidos por Tlaxcala», para echarle toda la carne al asador con el aún secretario.    

Anabel Alvarado confirmaría así su designación como candidata por la capital, en tanto que Necoechea, Cruz Bustos y Arévalo, van como candidatos a las diputaciones por los distritos 4 de Apizaco, 6 de Ixtacuixtla y 11 de Huamantla.

Será este viernes cuando renuncien al cargo la mayoría, ya que para el caso de Ramírez Conde se sabe que entregará la oficina hasta el día sábado.

CON LA NOVEDAD

La distracción de estar pensando en su futuro electoral y político, así como una llamada de la «licenciada» inconforme con el planteamiento de designar a Luis Manuel Muñoz Cuautle en una de las vacantes, les cobró una factura más a los legisladores, están en la antesala de ser acusados de incumplir con su responsabilidad legal en la designación de nuevos magistrados del TSJE.

Resulta que el lunes les venció el plazo que marca la Constitución Política en su artículo 83, fracción VII, para que designaran de entre las dos ternas enviadas por el Ejecutivo, a los abogados que ocuparán las posiciones que hasta este miércoles tienen Elsa Cordero y Mario Jiménez.

La ley es clara y establece que dentro del “improrrogable plazo de treinta días, contados a partir de la fecha de la recepción de la propuesta”, el Congreso deberá actuar, y considerando que el gobernador Marco Mena envío ambas ternas el pasado 30 de enero, el lunes debieron cumplir con su responsabilidad.

Y aunque el martes trataron de reaccionar, ya con el plazo vencido, y decretaron un receso ante la falta de acuerdos y la confusión, el asunto es que la Constitución también es clara ante tal supuesto, corresponde ahora a Marco Mena escoger de entre sus ternas quiénes ocuparán las magistraturas, con la excepción de que para el caso de la sustituta de Mario Jiménez, tendrá que quedar pendiente su toma de protesta, en tanto se resuelve el litigio que emprendió buscando la inamovilidad. 

MALHECHOS

En eso de hacer mal las cosas y de la pérdida de brújula, resulta que el viernes pasado llegó al Congreso del estado la terna que sustituirá a la amparada magistrada Rebeca Xicohtencatl, quien tampoco quiere abandonar el cargo y descalificó la determinación del congreso de no ratificarla por un segundo periodo.

Todo se hizo de forma sigilosa, evidentemente no querían generar olas, para no poner en riesgo los acuerdos de cara a las designaciones de los remplazos de Elsa Cordero y Mario Jiménez.

En la propuesta enviada por el Ejecutivo al congreso aparece en primer lugar el experimentado abogado y ex representante del PRI ante el ITE, Leonel Ramírez Zamora, persona de las confianzas del gobernador Marco Mena, tan es así, que fue propuesto por él como representante del ejecutivo ante el Consejo de la Judicatura, donde desde el año pasado ocupa la consejería.

En la misma lista van también Rodolfo Montealegre Luna, secretario de Acuerdos del Tribunal de Justicia Administrativa, y Casimira Pérez Sánchez, proyectista y actualmente en funciones de facilitadora del Centro de Justicia Alternativa del Tribunal Superior de Justicia del Estado.

Ya veremos si en este caso, no vuelven a extraviarse en el procedimiento, algo que parece dificil después del espectáculo de esta semana.