SE VALE SOÑAR
20 de octubre - 2020

Por Edgardo Cabrera

Los resultados de las elecciones de este domingo en Hidalgo y Coahuila hicieron soñar en grande al PRI rumbo al 2021; contra todo pronóstico, el tricolor arrasó en los comicios locales donde se renovaron ayuntamientos y el Congreso, respectivamente.

Los conteos rápidos le dieron el “carro completo” al Revolucionario Institucional en Coahuila, donde se eligieron diputados por 16 distritos locales y nueve plurinominales; en el caso de los 84 municipios en disputa en Hidalgo, se habrían impuesto en al menos 32, entre ellos la capital y otros de gran importancia política y económica.

Ambas entidades las gobierna el PRI y las elecciones ocurrieron en un cotexto de pandemia, que dejó en evidencia que a la hora de hacer grilla y votar, poco importaron las medidas sanitarias como la “sana distancia” o las reuniones multitudinarias, algo similar a lo que ya se ve en Tlaxcala con convocatorias cada vez más numerososas de los simpatizantes de algunos suspirantes.

Y al conocerse la noticia a nivel nacional, la cúpula se pavoneo, como debía ser, su dirigente Alejandro Moreno tuvo el argumento perfecto para asegurar que dicho instituto no está muerto, y sí, tiene razón, en política se equivocan aquellos que entierran boca abajo a sus adversarios, pensando que el triunfo del ayer, será la victoria del futuro.

Sin embargo, con todo y el triunfalismo, los comicios locales de ambas entidades dejan varias lecciones, tanto en materia de organización, como en la forma de hacer política.

El PRI Tlaxcala no puede regodearse por un triunfo que no es suyo, como lo hizo este lunes su líder Noé Rodríguez, mal hace; si quieren un resultado similar para el 2021 deben estudiar la estrategia de Hidalgo y Coahuila más que presumirla, es evidentente que algo hicieron bien allá.

POR CIERTO…

A colación del domingo electoral, no todo es producto de la estragia tricolor, en buena parte el triunfo es culpa de Morena, de su suberbia, sus pleitos internos y de hacer la misma política de siempre, bueno, incluso peor, es falsa la supuesta transformación.

La indefinición en la dirigencia nacional les pegó, si bien tienen líder moral (el presidente López Obrador), requieren de una figura que ponga orden. Y si bien este jueves concluye la encuesta definitiva para que el viernes se develen los resultados, la realidad es que ni Porfirio Muñoz Ledo ni Mario Delgado quedarán conformes, el pleito seguirá, ya lo verán.

Y es precisamente esa falta de orden, el despedazarse en sus entrañas, la que puede ser aprovechada, y así lo hicieron en Hidalgo y Coahuila; por cierto, ni el PAN ni el PRD pudieron dar resultados, evidenciando que su estrategia de opositores a ultranza de Morena y del gobierno tampoco les funciona.

¿ALIANZAS?

Ahora bien, también en medio del triunfalismo, su dirigente nacional presumió que ganaron “solos”, demeritando las alianzas con otros partidos polítocos y mandando una mala señal a los estados donde en este momento construyen acuerdos.

En el plano local se sabe que si algo frenó el avance en las pláticas fue la insistencia del Revolucionario Institucional para encabezar la candidatura a la gubernatura, algo que al parecer se superó al flexibilizar su postura y abrir la puerta a una encuesta entre todos los aspirantes finalistas de cada partido para impusar la opción más competitiva.

Ahora veremos sino, lejos de ser un aliciente, los triunfos de Hidalgo y Coahuila se convierten en un nuevo obstáculo al inyectar soberbia en las pláticas locales.

El asunto en suma, es que les debería quedar claros a todos que no son lo mismo dos elecciones locales, que los enormes comicios del 2021 que incluyen 15 gubernaturas, la Cámara baja del Congreso de la Unión, congresos estatales y ayuntamientos, incluso, hasta la consulta popular que pretende hacer el presidente López Obrador el mero día de la elección.