En Tlaxcala, el consumo frecuente de este embutido tradicional eleva los riesgos de hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

Por Stephany Rodríguez

El queso de puerco, uno de los embutidos más tradicionales y consumidos en los mercados locales de Tlaxcala, podría estar afectando la salud de cientos de personas sin que lo sepan. Su alto contenido de sodio lo convierte en un riesgo latente para el corazón, especialmente cuando se consume con frecuencia y sin control.

De acuerdo con la Revista del Consumidor del mes de mayo, productos como el queso de puerco contienen cantidades elevadas de sodio, un ingrediente que, en exceso, puede provocar hipertensión arterial y otros padecimientos cardiovasculares. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar los 2 gramos de sodio al día —lo que equivale a una cucharadita de sal—, pero en México el consumo promedio supera los 4 gramos diarios.

“El queso de puerco, al igual que otros embutidos, contiene sodio no solo por su sabor, sino como conservador. Su consumo habitual puede elevar la presión arterial sin que la persona lo perciba”, explicó el nutriólogo Juan Carlos Ortega, especialista en salud comunitaria, durante una entrevista.

El experto subrayó que en estados como Tlaxcala, donde la dieta incluye frecuentemente productos procesados y cárnicos, el riesgo es aún mayor. “La hipertensión es una enfermedad silenciosa. Más del 40% de los adultos en México la padecen y la mitad no lo sabe”, agregó, citando datos del estudio de Campos-Nonato, Vargas-Meza y Barquera sobre el consumo de sal en el país.

La Revista del Consumidor detalla en su edición de mayo una lista de embutidos con sus niveles de sodio y recomienda revisar el etiquetado nutricional antes de consumir estos productos. También sugiere optar por preparaciones caseras con menos sal y aumentar el consumo de frutas y verduras frescas.

En un entorno donde la tradición alimentaria convive con la modernidad, es vital que los consumidores tlaxcaltecas tomen decisiones informadas sobre lo que comen. Reducir el consumo de sodio es una acción sencilla que puede marcar una diferencia significativa para el bienestar a largo plazo.