17 de enero - 2025

La devoción por San Antonio Abad llena Tlaxcala con la bendición de mascotas
Por Stephany Rodríguez
En una colorida y emotiva celebración, la Parroquia de San José, en la capital de Tlaxcala, abrió sus puertas este 17 de enero para recibir a decenas de feligreses que, acompañados de sus fieles compañeros de cuatro patas, acudieron a la tradicional bendición de mascotas en honor a San Antonio Abad, el santo protector de los animales.
A las 12 en punto, el repique de las campanas marcó el inicio de la misa. Dentro del templo, una procesión de perros y gatos, algunos con moños, otros en transportadoras y hasta en carriolas, reflejaba el profundo vínculo que une a las familias tlaxcaltecas con sus mascotas. El sacerdote oficiante destacó el valor de esta tradición, bendiciendo a cada animal con palabras de gratitud y oración por su salud y bienestar.
“Es una forma de devolverles un poco de lo mucho que nos dan: amor, compañía y alegría”, comentó doña Bety, una vecina de la zona que llevó a su perrita Chispa con un listón rojo en el cuello.
Pero no solo la capital de Tlaxcala se unió a esta festividad. En municipios como Contla de Juan Cuamatzi, San Pablo Apetatitlán , Zacatelco, entre otros, las iglesias también se llenaron de feligreses que acudieron con sus mascotas para recibir esta bendición especial. La tradición, que cruza generaciones, es mucho más que un acto de fe; es un símbolo de respeto hacia los animales y su lugar dentro de las familias.

Desde lomitos juguetones hasta michis que observaron todo con la serenidad que los caracteriza, la bendición a las mascotas se vivió como una fiesta de unión y agradecimiento. Mientras algunos animales recibían agua bendita con un movimiento nervioso de su cola, otros parecían disfrutar del protagonismo que les brindaba el día.
“Es un recordatorio de que ellos también son criaturas de Dios y que su cuidado es parte de nuestra responsabilidad como seres humanos”, añadió el sacerdote, quien cerró la misa agradeciendo la participación de la comunidad.
Esta celebración anual no solo refuerza la fe de los creyentes, sino que también invita a reflexionar sobre la importancia de proteger y respetar a los animales, quienes, en palabras de los asistentes, son mucho más que mascotas, son parte esencial de la familia.