Por Edgardo Cabrera

A un mes de campañas electorales, la principal preocupación de la ciudadanía es la inseguridad, en la calle se siente el miedo, se percibe la incertidumbre del bienestar de la familia.

Esa sensación y problemática contrasta con el discurso mentiroso de la mandamás y su triste historia, empeñada en decir que somos el estado más seguro del país, por 19 meses consecutivos, y solamente porque la gente no cree en su procuraduría de injusticia y las víctimas ya no quieren denunciar ante la enorme impunidad.

Recientemente en el programa Mesa de Redacción tuvimos a una madre buscadora, Gloria María Montes Pérez, quien desde hace seis años busca a su hijo Ronaldo Minor Montes, y ni el gobierno de Mena ni el actual de Lorena han sido capaces de darle una respuesta positiva a su demanda: ¿dónde está?

No solo eso, las investigaciones son una burla, están plagadas de irregularidades las carpetas y aunque su ficha de búsqueda se mantiene activa, no hay resultados. Y el de Gloria es solo un caso de miles de denuncias más que están empolvadas y que se siguen acumulando en las oficinas de la dependencia que solo cambiará de nombre, de procuraduría a Fiscalía, pero que está condenada a repetir las mismas prácticas.

Por ello se entiende la negativa denunciar, también el “récord” de la supuesta baja incidencia delictiva, y que en la calle el miedo se haya apoderado de la población.

INCONTENIBLES

Al cierre de marzo la delincuencia no solo está desatada, sino incontrolable, por el contrario, pareciera que es alentada por la pésima estrategia del gobierno de la Triste Historia, más ocupado en exhibir a menores de edad en su propaganda, hacer negocios al amparo del poder, como ese de privatizar el libramiento carretero de Calpulalpan, y encubrir sus tropelías con la imposición de una fiscal carnala.

Por ejemplo, de la ejecución de un hombre a manos de dos pistoleros al interior del hospital de Calpulalpan, no se ha esclarecido el hecho esclarecido, pero no es lo único, cada día es peor, solo el fin de semana previo a Semana Santa se desató una balacera entre policías y ladrones que terminó con un hampón abatido en Yauhquemehcan luego de ser perseguidos tras robar una camioneta.

Pero no es lo único, previo a vacaciones se presentó un atraco en un banco en Chiautempan luego de despojar de casi medio millón de pesos a un cuentahabiente; en Xicohtzinco dos sujetos empistolados se metieron al Cecyte para quitarle su camioneta a un trabajador; la víspera, también dos ladrones armados le robaron su camioneta a la diputada Diana Torrejón en la capital del estado; en Natívitas dos masculinos fueron baleados cuando acudieron a una cita para la venta de un vehículo; y en Apizaco, el domingo de ramos, se produjo el atraco a una gasolinería disparando a la cabeza a un empleado, mientras que en Huamantla una riña campal dejó a un hombre herido por arma de fuego, más otros tantos hechos acumulados al día de hoy.  

Lo anterior nos evidencia que los hechos delictivos no están focalizados en una sola zona, sino que es un problema generalizado, y reiterar, por ello se explica el miedo y la preocupación a un problema no resuelto.