«El dolor, las molestias son muy fuertes, es indescriptible», narra la también enfermera del IMSS; su esposo, Bardomiano García era médico en esa misma institución

Por Alfredo González 

Irasema -N-, enfermera que ha conocido en carne propia los estragos atroces del Covid-19, lucha contra el coronavirus que ya le cobró la vida de su esposo y que ahora atenta contra su salud, razón que la llevó a estar aislada, incluso a no darle el último adios a su pareja.

Bastaron diez días para que el Covid-19 matara a Bardomiano García, médico urgenciológo de la Unidad de Medicina Familiar 8 del Instituto Mexicano del Seguro Social en Tlaxcala, cuya esposa, la enfermera Irasema, ahora lucha contra los estragos que le provocan ese mismo patógeno.

Entrevistada al respecto en el programa radiofónico Mesa de Redaccion, narró los riesgos a los que se enfrenta a diario el personal médico: «todos los que trabajamos en las unidades estamos expuestos…no solo los centros Covid, mucha personas llegan y no saben que están contagiadas…el problema es que como están clasificando algunas unidades como unidades Covid, pero a las otras, como piensan que no llegan pacientes nos dejan sin equipamiento».

«Mi esposo sí se contagio ahí (en el IMSS), el problema es que los equipos no están completos, no dan lo adecuado para atender pacientes con ese tipo de infecciones, no usan el cubrebocas adecuado…usan uno muy sencillo y las gotas de saliva pasan, el tiempo de vida de los cubrebocas es muy corto…no nos dan el equipo  necesario para los compañeros», advirtió.

En cuanto al martirio que ha vivido en los últimos días, luego de que se detectara su infección por el virus Sars-covid-2, relató: «Las molestias son muy fuertes, he tenido mucho dolor de cabeza, mucha sed, fiebre, diarreas…es un dolor muy difícil de explicar…no lo puedo describir, son dolores muy horribles, duele desde la cabeza hasta la punta del pie…a mi no he afectado aún el pulmón, pero a veces no me puedo mover de la cama».

Asimismo, se refirió a su situación pulmonar, donde dijo no presentar severos estragos como ha sucedido en otros casos, cuadro clínico que incluso le costó la vida a su cónyuge. «He estado respondiendo bien, mi pulso está reaccionando bien…pero estoy aislada de mi familia, es una situación difícil, es una tragedia que no se le desea a nadie, hay familias que están pasando lo mismo…es un dolor y una pena indescriptible, ojalá la gente entienda la situación, que haga conciencia y se quede en casa, desafortunadamente entendemos hasta que nos pasa algo, nunca queremos entender cuando le pasa a otras personas, por que en verdad se van a arrepentir».

Por otro lado, relató la difícil situación que enfrenta al verse imposibilitada a despedirse de su ser amado, además de estar impedida a vivir el duelo de su pérdida al lado de sus hijas, de quienes se mantiene aislada: «el muere el lunes en la madrugada y ese mismo día doy positivo, no pude estar con él, con mis hijas, no pudimos estar con él, es la fecha que sigo aislada y no he tenido oportunidad de estar con ellas…yo no entiendo por que me esta pasando a mi, ojalá la gente escuche, es increíble cómo la gente sufre, lo padece…no entiendo a la gente la verdad».

Tras la muerte del médico Bardoniano García, el viernes sus compañeros en la clínica 8 del IMSS hicieron una manifestación en demanda de mejores condiciones laborales, particularmente equipamiento y que se les reconozca el riesgo laboral que padecen a diario.