Una nueva encuesta levantada después del primer debate y a un mes de la elección colocó a Lorena encabezando las preferencias electorales. Tal y como le pasó a Serafín, Barbosa solo esperaba tener una “buena excusa” para abandonar la carrera por la gubernatura. Y este fin de semana Marco estuvo muy apapachado por mujeres y perredistas

Por Edgardo Cabrera

Como lo anticipamos la semana pasada, ya existe un nuevo estudio demoscópico levantado después del primer debate por una encuestadora nacional y en ella aparece la perredista Lorena Cuéllar Cisneros encabezando las preferencias electorales a un mes de la elección.

En segundo lugar, con 3 puntos de diferencia, estaría el priísta Marco Mena y en tercer sitio la panista Adriana Dávila, con apenas 10 milésimas de punto porcentual de diferencia con el segundo lugar.

En contrataste la única que mantiene ampliando su desventaja es la Morenista Martha Palafox quien ya aparece con 22 por ciento de diferencia con los punteros.

El asunto es que dada la diferencia tan cercana que mantienen Adriana, Lorena y Marco, el más mínimo movimiento, adhesión, error y, por supuesto, tendencia de la casa encuestadora, serán factores para posicionarlos en los estudios.

Veremos, por ejemplo, si el 0.23 por ciento que traía Federico Barbosa se le suman en automático a la perredista Lorena Cuéllar, y también sabremos –ahora que se levante otro estudio más- si las salidas de perredistas, entre ellos ex dirigentes, impactan a la nueva puntera.

De seguir así, todo hace suponer que la elección del cada vez más cercano 5 de junio será por una diferencia de 1 punto porcentual, tal como ocurrió en el 2004 cuando el PAN superó al PRI por apenas el 1 por ciento de la votación, recordemos aquel 35.9 contra 34.9 que derivó en una larga disputa mediática y en tribunales.

La excusa

Tal y como le pasó a Serafín Ortiz, Federico Barbosa solo esperaba tener una “buena excusa” para abandonar la carrera por la gubernatura.

Y encontró una salida “digna”: culpar al PES de irregularidades en el proceso de registro de candidatos y solidarizarse con aquellos que no fueron nominados. Por si fuera poco acusó a la dirigencia de su partido adoptivo de pretender “vender” su causa, ante lo cual valdría preguntar cuál es ésta. ¿A caso será la de la traición?

Pero la realidad es que el PES no le cumplió sus caprichos de imponer candidatos en el resto de cargos de elección popular y por eso la misma cúpula de ese instituto político lo tachó te mentiroso y traidor.

Recordemos que los cargos importantes que logró durante su vida los obtuvo a través del PRI, partido que abandonó por un berrinche tras no ser considerado en la nominación para candidato a la gubernatura, a sabiendas de que no tenía algo que ofrecerle al priismo, no porque sus mejores tiempos hubieran pasado, sino porque nunca fue un cuadro competitivo.

Por eso, al final de cuentas, con o sin el PES, Federico Barbosa estaba destinado al fracaso, como se hizo patente en el primer debate organizado por el ITE, donde evidenció enormes precariedades, entre ellas la falta de propuestas acordes a la realidad de Tlaxcala y de un conocimiento profundo de la problemática de la entidad.

Ahora se suma a Lorena Cuéllar, ¿a qué acuerdo habrán llegado ambos ex priistas?

Veremos si unos días antes de la elección no hace otro berrinche acusando que no le cumplieron, ¡cuidado!

Apapachado

Por cierto que este fin de semana el priísta Marco Mena estuvo muy apapachado por mujeres que abarrotaron el Centro de Convenciones para darle su respaldo y atestiguar la firma de compromisos con este sector.

Llamó la atención la aparición de Anabel Gutiérrez, ex consejera estatal del PRD quien fue recibida por la propia secretaria general del PRI, Carolina Monroy del Mazo.

Pero la nota, sin duda, fue la adhesión de mil 300 liderazgos perredistas de 40 municipios que rompieron con la corriente Nueva Izquierda de la cual es líder moral Jesús Ortega, el coordinador de la campaña de Lorena Cuéllar.

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