Recuerdos de la Revolución
23 de noviembre - 2014

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Pbro. Ranulfo Rojas Bretón

Motivados por los problemas de Iguala que promovió manifestaciones en muchas ciudades de México, la conmemoración del 104 aniversario de la Revolución pasó a segundo término. En muchos lugares incluyendo la Capital de la República se suspendió el desfile deportivo, “por razones de seguridad”. Así que casi sin quererlo se le estuvo dando carpetazo a un acontecimiento que durante décadas sirvió para enaltecer el patriotismo e incluso para justificar el sistema político y especialmente los partidos políticos. Muchos de los personajes de la política se sentían herederos de la revolución y basados en esos llamados “ideales revolucionarios” hacían sus programas. Todos esperaban que la revolución les hiciera justicia.

Revolución 1910 – 2014

Más de 100 años ha pasado de aquel inicio propuesto por Don Francisco I. Madero de un movimiento armado contra el gobierno del Dictador Porfirio Díaz que había estado por varias décadas en el poder. Apenas con una pequeña batalla en Juárez en la que murieron 50 personas, Porfirio Díaz decidió embarcarse en el Ypiranga y auto exiliarse en Paris, Francia, país que toda la vida admiró e imitó o trató de imitar en su gobierno de tal manera que el Paseo de Reforma quiso imitar al de los Campos Elíseos.

Movimiento de facciones

Después de la salida de Díaz, comenzó una lucha de facciones por el poder: Maderistas, Villistas, Zapatistas, Carrancistas, Obregonistas, todos se enfrascaron en la lucha matándose mutuamente por llegar y mantenerse en el poder.

Las aguas se apaciguaron y se aclararon cuando Plutarco Elías Calles agrupó a todas las facciones en un partido político origen del actual PRI con el cual logró controlar las formas de acceder al poder y mantenerse en él. Así lo hicieron por 70 años.

¿Qué ha pasado después de 104 años de que inició ese movimiento? ¿Qué cosas podríamos llamar herencia de la Revolución? ¿Sigue teniendo vigencia el discurso revolucionario?

Los principios animadores de la Revolución

Después de 104 años del inicio de ese movimiento podemos apreciar una confusión de principios porque uno de ellos que era el: «Sufragio Efectivo NO Reelección» ha dejado de tener vigencia ya que hoy se ha modificado el marco jurídico y estamos a punto de ver la reelección democrática de varios funcionarios. La razón por la que se motivaron muchas gentes a levantarse en armas y el principio  por el que hubo derramamiento de sangre, hoy se ha transformado y para ello se han aducido otros razonamientos que distan mucho de ser los ideales del inicio del movimiento.

El principio de: «Tierra y Libertad» que llevó a la distribución de tierras y creación del Ejido hoy se ha transformado porque en aquel tiempo se derramó sangre por eliminar la figura del terrateniente. Hoy se ha vuelto a abrir la posibilidad de la venta del ejido y vuelven a aparecer los grandes propietarios de grandes extensiones de tierra tanto en personas físicas como en personas morales. Grandes consorcios hoy son propietarios de la tierra, algo contrario al espíritu del movimiento armado que buscaba en reparto de la misma. Solo baste ver a los propietarios de la costa de la Baja California, la zona hotelera de Cancún, y un gran etcétera.

El constitucionalismo que buscaba la actualización de la Constitución de 1857 y formar así un cuerpo jurídico moderno y estable. La Constitución de 1917 que surge de ese movimiento armado ha sufrido muchas reformas y cambios.

Herencia Revolucionaria

La herencia de la Revolución puede tener valoraciones dependiendo los puntos de vista. Hay quienes afirman que ni siquiera se le puede llamar Revolución sino simple movimiento de lucha de facciones. Lo cierto es que desde el inicio del movimiento que hemos llamado Revolución, el concepto ha servido para justificar movimientos sociales, partidos, agrupaciones porque se les ha llamado revolucionarios y con ello querer mostrar no solo su continuidad con dicho movimiento sino y especialmente con sus ideales de servicio al pueblo, el deseo que guardaban todos los participantes, los que llamaron “la bola”, campesinos en su mayor número de que las cosas cambiarían, de que podrían tener un pedazo de tierra que cultivar, de que podrían fruto de su trabajo llevar un poco de pan a la mesa de sus hogares, de que serían tratados con dignidad y no vistos como un objeto y bestias de carga. Todos esos deseos escondidos, que los llevaban a ponerse en el frente de batalla y que al pasar los años con tristeza veían que aún “no les había hecho justicia la Revolución” ha generado un desencanto.

La Revolución hoy

Actualmente aunque se celebra el aniversario de la Revolución y varios partidos se siguen llamando Revolucionarios se tiene la sensación de que se trató de un movimiento que benefició a los de siempre, los del poder y perjudicó o dejó mal, a también los de siempre, los pobres. Hoy el reclamo sigue siendo el de la búsqueda de oportunidades, de superación de las desigualdades, de una madurez social que permita el sano desarrollo y ayude a los que menos tienen. Ahora, a 104 años del inicio de un movimiento que se ha llamado revolucionario, los que dirigen el país tienen una factura grande que pagar y que consiste en crear las estructuras que permitan vivir en un Estado de Derecho, donde a nadie se discrimine por el color de su piel, por la lengua que hable y menos por la situación económica que tenga.

En un México que especialmente este año está viviendo el drama de Tlatlaya en el Estado de México, de Iguala en Guerrero con la desaparición de los normalistas, con la aparición de tumbas llenas de cadáveres calcinados, de lo que se vive en Michoacán y en Tamaulipas, las palabras Paz y Desarrollo, Respeto a la dignidad de la persona, Estado de Derecho, Democracia, Libertad, todos esos valores deben ser promovidos, tutelados y salvaguardados en una sociedad que ha vivido la experiencia de una Revolución y que se ha fastidiado de tanta violencia y tanta muerte.