Por Fernando Tamayo

La semana anterior la cadena de noticias MVS destapó uno de los escándalos más grandes al interior del Partido Revolucionario Institucional, el descubrimiento de la red de prostitución que el ahora, ex presidente del Comité Directivo del Distrito Federal de dicho instituto político, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, presuntamente opera, con lo que se pone de manifiesto que la Trata de Personas va más allá del simple sexoservicio.

Mediante un reportaje contundente la mencionada cadena de televisión narra la forma en que el heredero del emporio de la basura reclutaba a sus “víctimas” quienes gracias a la necesidad de contar con un empleo y por alrededor de once mil pesos mensuales libres de impuestos eran inducidas a satisfacer las necesidades del representante tricolor en la Ciudad de México, donde por cierto, es de resaltar, que mediante colaboradoras este importante personaje de la política capitalina les hacía llegar las instrucciones correspondientes, al amparo de la impunidad y el poder que le otorgaba el ser uno de los hombres más influyentes dentro de la metrópoli capitalina.

En ese sentido, vale la pena reflexionar sobre lo evidenciado por MVS noticias en su edición matutina. Pese a los esfuerzos realizados por las distintas instancias y órdenes de gobierno para erradicar casos de trata de personas y la violencia laboral que sufren las mujeres, podemos darnos cuenta mediante este ejemplo, que es paradójicamente, en las propias instancias políticas donde el género femenino se ve forzado a realizar acciones nocivas para aquellas que sólo buscan un trabajo.

Y es que la cloaca destapada en el Comité del PRI en el D.F. no es poca cosa, sobre todo, si tomamos en cuenta que el pago de cada una de las llamadas “hostess” ejecutivas provenía de recursos públicos, es decir, de las contribuciones que millones de ciudadanos realizan al Estado, por lo que sin duda dicho hecho lamentable no puede quedar impune.

De igual manera tampoco debe pasar de inadvertida dicha acción en nuestra Entidad que ha sido señalada por diversas organizaciones como una de las principales demarcaciones donde la trata de personas es común, mucho menos dado que Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, protagonista de esta historia lamentable, visitó en varias ocasiones Tlaxcala, dentro de las cuales se encuentra la realización del Primer Congreso denominado “Oxigenación, Cambio y Rumbo al 2015”, el año pasado, donde curiosamente según se dijo en la conferencia de prensa realizada en dicho evento, se capacitó a jóvenes integrantes del Frente Juvenil Revolucionario en el Hotel Misión Atlihuetzia. Coloquio donde además el propio Gutiérrez de la Torre agradeció el apoyo y la coordinación con el entonces Comité Directivo Estatal del PRI.

Esperemos que así como en Tlaxcala han sido detenidos y castigados dos ex funcionarios por su actuación fuera de la norma, el Gobierno Federal y el propio de la Ciudad de México, determine si existe la probable comisión de algún delito y en caso de ser así, castigue a los responsables. Acciones como las realizadas por Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre deben evitarse. De lo contrario, la impunidad y el abuso de poder continuaran siendo el elemento que impida el desarrollo de nuestra sociedad. Al tiempo.

Desde la barrera

Finalmente se dio cumplimiento a la constitución e integración del Instituto Nacional de Elecciones tal y como fue aprobado en la llamada Reforma Política, acción que obliga a preguntarnos sobre el futuro que le espera al Instituto Electoral de Tlaxcala y principalmente el de sus integrantes, quienes por cierto, se encuentran inmersos en un proceso de juicio político ante el Congreso del Estado. Al efecto resulta curioso y asombroso, que a pesar de los resultados entregados en la elección pasada, existan algunos consejeros que pretendan permanecer en el nuevo aparato electoral nacional.

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